¡Máxima inseguridad!

César Graciano Calvario
cesargracianoc@hotmail.com
Lo de hoy es la fuga del Chapo Guzmán del penal llamado irrisoriamente de “Máxima Seguridad” del Altiplano. La máxima seguridad penal era la idea. El concepto. Pero no tomaron en cuenta al Chapo para su diseño. Menos aún para su construcción. En lapidario epígrafe de la contraportada, La Jornada del domingo publica: “Para túneles subterráneos ni OHL, ni Grupo Higa. Construcciones El Chapo es la solución”.

La fuga fue en las últimas horas del pasado viernes. Para el día de hoy martes, ya transcurridos casi 4 días, la noticia no ha dejado de ocupar las primeras planas, los horarios estelares, con programas televisivos casi de 24 horas al día. Aparentemente se ha dicho todo lo que se tiene que decir en estos casos. Ya sabe Usted. La noticia desmenuzada hasta el shish, dando pelos y señales.  La repetición hasta el hartazgo de la manera aparentemente tan sencilla en que el chapo hace sus escapes.

Entonces ahora le podemos decir que a resultas del despiadado bombardeo a la opinión pública, como por arte de magia, desapareció de nuestra visión, y casi con seguridad de nuestra conciencia, la casita blanca, las residencias de Videgaray y Osorio Chong, los enjuagues con casi toda la construcción de la obra pública en el Edomex, y hasta los retobos del CNTE. Su lugar lo ocupa ahora El Chapo en fuga. ¿Por cuánto tiempo? Aquí viene lo realmente interesante.

Fiel a su espejo diario, el presidente Peña desde París hizo lo esperado, por burocráticamente conveniente. Gesticuló con voz tronante, dio instrucciones… perdón…nombró responsables de la correspondiente pesquisa, e hizo que Osorio Chong –el secretario del interior en estratégicas labores en el exterior- se regresara como pudiera en el primer Chárter a la mano. Pero él no se movió un ápice de la Ciudad Luz. Las inversiones que espera comprometer entre la iniciativa privada Gala para apalancar su reforma energética, suman casi tanto como lo que gana el Chapo en un año, y ya no será necesario esperar que a este lo invada el furor nacionalista para cubrir los faltantes.

Pero lo más destacado de la actuación del presidente Peña desde la tierra de Marcel Marceu (si no sabe acerca de este personaje, pregúntele a sus abuelitos) fue su declaración antológica: “La fuga de el Chapo, es una afrenta para el Estado Mexicano”. No para él. No. Ni para Osorio Chong y su aparato de seguridad interior. Ni para la hermana del ejecutivo de televisa (es que no nos acordamos de su nombre) en funciones de procuración de justicia. No. La afrenta fue para el Estado, ya declarado FALLIDO por muchos, y desde hace un buen.

Como resultado de la estrategia de comunicación oficial y oficiosa, la gente ha empezado a ver hacia los edificios carcelarios caducos e inseguros, como el factor determinante para la segunda hazaña del Chapo en lo que va de este naciente siglo. Se lee en diversas fuentes: “El Chapo deja en evidencia a cárceles mexicanas”. Pero otros lectores de la realidad, con más visión, entre ellos algunos capitanes de industria, han arriesgado su conclusión. “Es el resultado del debilitamiento de las instituciones”. De esto nos proponemos hablarle mañana, si otra cosa más importante no sucede.

…..a pie de carretera
Fernando Valenzuela Pernas
Está confirmado. El timming para lograr el mejor impacto de la comunicación, no es lo suyo. En momentos de azoro y estupefacción por el escape del delincuente más buscado en el país, se le ocurre dar la noticia de uno de los mejores logros de su gestión: la captura de cuatro bandas de secuestradores. Estas noticias deben ser acompañadas de una muy bien diseñada estrategia comunicadora. Se trata de tapar la boca a los terroristas que amedrentan a la población y hasta piden que Peña Nieto nos mande algunos de los soldados que se llevó a París. Será para la otra.

Y Usted ¿ya le preguntó a su vecino por el Chapo? Dicen que TODO México lo busca. Hasta mañana SDQ. Adiu

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