Proyecto “CCC”
Otras lecturas equivocadas César Graciano Calvario cesargracianoc@yahoo.com.mx Se sabe que más de uno de los alcaldes perredistas cuyo bastión electoral se consideraba perdido para el partido -con base en una opinión pública que de manera apabullante reprobaba su gestión, precisamente por sus malos y hasta nulos resultados- anda con la sonrisa de oreja a oreja. […]
25 de junio de 2015

Otras lecturas equivocadas

César Graciano Calvario
cesargracianoc@yahoo.com.mx
Se sabe que más de uno de los alcaldes perredistas cuyo bastión electoral se consideraba perdido para el partido -con base en una opinión pública que de manera apabullante reprobaba su gestión, precisamente por sus malos y hasta nulos resultados- anda con la sonrisa de oreja a oreja. Presumiendo que en realidad la opinión pública de manera mayoritaria piensa lo contrario y que la prueba de su presunción, es el voto que les entregó para retener esas alcaldías. Este risueño grupo lo componen Humberto de los Santos, a la cabeza, Avenamar Pérez, José Sabino Dagdug, Domingo García, y Tiófilo Ovando, ediles de Centro, Cárdenas, Huimanguillo, Jalpa y Cunduacán, respectivamente.

La verdad es otra. La gente votó en esos lugares de manera muy similar a como recomendamos aquí. No porque todos ellos hayan leído nuestra columna, sino porque para hacer nuestra recomendación, leímos cuidadosamente la circunstancia específica bajo la que se dio la votación general en el estado. La gente solo tenía dos opciones: 1) regresar al pasado aceptando las promesas del gobierno priista de EPN y del partido Verde, con su contlapache el PAN, o 2) resignarse a aceptar que una promesa de cambio, aun incumplida, es una esperanza,  que es más valiosa que una sentencia absoluta.

La gente votó en aquellos municipios de manera proactiva. No reactiva. Aunque ¡Ojo señores! Revisen los márgenes de esas votaciones, y consideren que la gran mayoría de los votantes, el 65% aproximadamente, ELIGIO RECHAZAR LA ELECCIÓN. O sea. No confió en la promesa del cambio (¡ahora sí!). Con un volumen tan reducido de votos, la mayor diferencia respecto a su más cercano perseguidor la logró Gerardo Gaudiano en el Centro, con menos de 20 mil votos. En el resto de los municipios la lucha electoral fue más encarnizada y la diferencia para el triunfo perredista la hicieron unos cuantos votantes.

O sea, la diferencia a favor permitirá a los nuevos alcaldes entronizarse, pero el camino de su administración estará llenó de fosos, trampas y obstáculos. El principal de ellos, es que en realidad la gente ya no les tiene respeto. Se llamen como se llamen. Y por mucho que digan los DEMOCRATAS que la democracia triunfó y que en esta se gana y se pierde por un voto, la penosa realidad nos muestra la inutilidad de seguir practicando esa clase de democracia. Porque en nuestra sociedad sucede como en las empresas privadas, cuando la propiedad de estas se divide al 50-50 de las acciones entre dos tenedores. Su lento caminar, cuando no su parálisis, queda asegurada. 50% no confía en lo que hace el otro 50%. Aunque en el caso de las organizaciones sociales el asunto es más grave, ya que ahí la crisis se asienta de manera definitiva.

Usted puede cuestionar nuestras afirmaciones, pero para que las valore mejor, aquí le va otro dato. Esas alcaldías entregarán administraciones municipales con una pesada cauda de problemas derivados de su torpe manejo. Uno de los más onerosos es el relacionado con el enredo que se traen con el pago de los laudos, problema que heredarán a los sucesores. Pero también con el no pago a los empleados, a sus proveedores, a sus acreedores, y en fin, que entregarán una administración, peor que la que recibieron. Que ya es decir.
Así ¡qué nos podemos esperar!

…..a pie de carretera
Oscar Cantón
El representante del gobierno del estado de Tabasco en la Ciudad de México, puede ser en estos momentos un termómetro para conocer la temperatura que se resiente al interior del primer círculo alrededor del gobernador Arturo Núñez. Y marca en rojo. Por sobre los 40 grados. Es un termómetro fidedigno. Por ser un político serio que no da pasos en falso. No grilla. No alardea. No práctica la política rastrera. Sus dichos, generalmente tienen un fundamento, un mensaje, y un propósito. En estos momentos nos advierten del peligro. Hay que ponerle atención.

El que se ríe, se lleva. Mañana le busco aquí nuevamente SDQ. Adiu

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Twitter @CsarGraciano

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