No hubo elección de estado: GNO

César Graciano Calvario
cesargracianoc@yahoo.com.mx
Continúa la reyerta post-electoral, que bien puede durar hasta el mes de agosto. Por ahí del día 20 de ese mes. Una reyerta que ya deja adivinar proporciones epopéyicas. Se da en todos los estados del país. En unos de manera más despiadada que en otros. Y si hacemos un comparativo a simple vista, podemos advertir que la de Tabasco guarda todas las proporciones, y que a pesar de su estruendo y ocasional espectacularidad, no generará desbordamientos

Aquí, en prácticamente todos los municipios y distritos electorales, ya hay presentación de impugnaciones. Lo que hace telón de fondo para el principal y unánime reclamo a las autoridades que las calificarán: ¡HUBO ELECCIÓN DE ESTADO! Dicen. Pero contra tal afirmación, Guillermo Narváez Osorio (GNO) destacado priista, ex presidente del tribunal superior de justicia, y a quien se puede acusar de todo, menos de ser pro-gobiernista, ha sentenciado: NO HUBO ELECCIÓN DE ESTADO. El SUPERGANADOR FUE ARTURO NÚÑEZ JIMÉNEZ.

Todo un monumento a la síntesis y profundidad de la expresión política. Porque los múltiples vértices que permiten su interpretación pueden ser aprovechados por aquellos que en este momento se aferran a los clavos ardientes para salvar algo de sus inminentes pérdidas; o por los que, ignaros, advenedizos, principiantes que no saben bien a bien lo que pasó, no saben lo que sigue y el papel que pueden y/o querrán desempeñar; o por aquellos que piensan que en efecto ya todo pasó, y bien. Muy, pero requeté muy bien. Y que ordenan ¡NEXT!

En el primer caso se encuentran quienes, contra la corriente de la mayoría, porfían en que si hubo elección de estado. Octavio Romero, quien a pesar de que no amenaza con el abordaje de los tribunales, manifiesta su vital necesidad de hacer daño a quienes no lo apoyaron (y en la idea de que deberían haberlo hecho). Evaristo Hernández, quien como un huérfano corrido hasta del hospicio, argumenta su “despojo” e inventa truculencias como las que ya le conocemos muy bien, para sostener la legitimidad de su petición para anular la elección. Rosalinda López, que movida por las emociones, antes que por el juicio político, desprecia el peligro, y con el cuchillo entre los dientes, da media vuelta para ir en busca de presa ¡tras las líneas enemigas! únicamente con Esther Dagdug “cuidándole las espaldas”.

En el segundo grupo pueden caber todos aquellos que oyendo la alharaca lo mismo presentan pruebas para sus impugnaciones, que reconocen que el gobernador Núñez fue sumamente cauteloso en su actuación para la preparación del proceso electoral, desde la designación de los responsables de los organismos responsables, hasta la misma organización de la elección, y que nadie podrá probar su intervención dolosa. Por lo tanto, que su imagen política ganó prestigio.

Y por último están todos aquellos que dividirán en dos partes el aserto de Narváez, aceptando ambos, sin sombra de duda. Sin que surja en ellos la mínima inquietud por correlacionarlos. En el entusiasmo de pensar que en adelante todo será miel sobre hojuelas. Con lo cual harán un flaco favor al gobernante, que tiene ante si los tres años más difíciles de su carrera política.

Narváez no extendió un salvoconducto a Núñez.

…..a pie de carretera
Francisco Castillo
Con maneras atrabancadas e ingenuas, pero con probada honestidad política, este panista se ha ganado el reconocimiento de su enérgico ímpetu. Algo que hace mucha falta en las filas de ese partido, siempre en la cuerda floja de perder su registro. De ser una agrupación política testimonial. Quiere el cargo de Jorge Avalos, el bizarro dirigente estatal. Si logra hacer a un lado a la pandilla de este, podrá evitar el desastre de un partido, dedicado a cachar elevaditos y a refritear negociaciones para sostener la nómina con remesas de sus empleados en las regidurías y en el Congreso local.

PAN Y CIRCO. Fórmula infalible para distraer la animadversión pública. Para que se ignore la imagen desgastada. Hasta mañana SDQ. Adiu

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