Adán candidato a gobernador

César Graciano Calvario
cesargracianoc@yahoo.com.mx
Cumpliendo con todos los protocolos a que obliga la legislación electoral, el domingo pasado, en Asamblea Estatal de Morena, Adán Augusto López Hernández fue declarado formalmente como candidato a la gubernatura de Tabasco, después de haberse oficializado la declinación de Tomás Fernández Torrano en su favor. Con posterioridad, ante un salón repleto con una multitud asambleísta, protestó la aceptación del encargo.

El evento político fue todo lo explosivo y expresivo que estamos acostumbrados a ver en estos casos. Aunque la multitud referida no fue la misma que acude a todos ellos. Era fácil identificar su diferente personalidad. Una mezcla heterogénea de todas las clases que podemos encontrar en Tabasco. Campesinos, industriales, comerciantes, profesionales. De todos los partidos. Lo mismo aquellos que ya caminan con las encomiendas de su nuevo partido, MORENA, que quienes se encuentran en trance de hacerlo; los que andan tentados de dar el paso, los nuevos simpatizantes, y aun aquellos que buscan un nuevo espacio para dar cauce a su necesidad de participación política responsable. Los curiosos, desde luego.

El mensaje de Adán encajó perfectamente con el carácter de su auditorio. Sin estridencias. Con sobriedad. Con humildad consciente de la gravedad del encargo que recibía de esa masa que expresaba ruidosamente su esperanza de encontrar un camino. Atento a la normatividad electoral en uso, se limitó a señalar el horizonte de la campaña que iniciará oficialmente el primer día de abril para dar a conocer sus propuestas. Pero subió la escalera para poner alto el listón del compromiso con el pueblo de Tabasco.

Su compromiso fundamental fue aceptar el desafío de la violencia que campea por todo el territorio estatal. Para impedirle el paso libremente, proteger a sus víctimas, y emprender la batalla hasta lograr su exterminio o cuando menos su expulsión de nuestro territorio. Y para comenzar la desenmascaró frente a todos. Para que la podamos identificar plenamente y sin duda alguna. “La violencia de la pobreza. La violencia del abandono. La violencia de la marginación. La violencia del desempleo. La violencia de la inseguridad sin sentido. La violencia de la desesperanza de los jóvenes ante la falta de oportunidades. La violencia de la ineficacia. La violencia de la corrupción y la impunidad de los malos gobiernos que traicionaron la nobleza de los tabasqueños”.

A continuación hizo un vivo llamado a todas y todos aquellos que quieren salir adelante del reto de la violencia –sin importar sus filias ni fobias- para ir JUNTOS en este esfuerzo. Ya no habló de la UNIDAD que buscan los políticos para que los diferentes grupos eviten la dispersión y logren su objetivo de hacerse con el poder. NO. Adán tuvo el tino de pedir la unidad para ir juntos en el esfuerzo que propone encabezar. A todos y todas abrió las puertas de su partido.

Finalmente, cabe destacar el tono expresivo adoptado por Adán y que sin duda marcará la campaña. Respetuoso, considerado, prudente. Sin falsos alardes, ni ofensivos descalificativos. Precisamente en momentos en que -desde las dirigencias nacionales para abajo, pasando por candidatos de todo nivel y calibre- el argumento es la falacia, el embuste, la baladronada, la exégesis impostada, el chascarrillo que se le enreda en el gañote al chistoso no bien lo suelta. Bien el comienzo del candidato de Morena. Ya veremos nuevos episodios.

….a pie de carretera
Pedro Jiménez
No se midió Pedro Pueblo. En el evento sabatino donde su partido, MC (¡nanananana!) tomó protesta como su candidato a la gubernatura a Gerardo Gaudiano Rovirosa (es lo más que van a hacer para tener derecho a disfrutar los jugosos trozos de filete que les entregara el Frente con el PRD), le sorrajó que en nombre de la lealtad y el agradecimiento con Leandro Rovirosa, gran gobernante (impulsó al bueno de Pedro) estaba muy satisfecho en dar posesión de la candidatura a su nieto. De las prendas y virtudes de este, ni la más mínima mención. Ni se lo mandó decir, ni le puso anestesia previa ¡Chale!

Ya vamos a medio febrero y esto nomás no camina. Paciencia. Échele ganas a la semanita. No se me apene. Adiu

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