¡Secuestraron a la Mamá de Achirica!

César Graciano Calvario
cesargracianoc@yahoo.com.mx
¿Quién pudo haber sido? Pues solo alguien que no tiene un poco de puta madre. La noticia de que el pasado lunes la estatua -donde Achirica y su mamacita caminaban muy orondos, ella tomada del brazo de él- fue cercenada y secuestrada ella, cimbró al vecindario de la zona adyacente a las instalaciones de la UJAT por la parte de la calle Hidalgo y Arteaga. Mira que irse a mutilar la célebre estatua que es seña de identidad tan entrañable para Villahermosa. Ya no hay temor de Dios. Y ya no digamos de la policía estatal, la federal, la gendarmería nacional, la judicial, o la policía bancaria e industrial.

La población de la ciudad capital no sale de su asombro y estupefacción y reclama la intervención de las autoridades para voltear la mirada sobre este simbólico acto depredatorio, que da cuenta de la inseguridad que campea, no solo en la zona (inmediatamente colindante al Palacio de Gobierno en la Plaza de Armas). También en toda la ciudad y todo el estado.

En el ánimo de confiar que las autoridades tomen cartas en el asunto, los vecinos han sugerido que debería preguntarse a los fuereños que a voz en cuello -sobre micrófonos y bocinas rodantes puestas al máximo volumen- anuncian la compra de fierro viejo en cualquier presentación que se tenga a este. Puede suponerse, con suficiente base de justificación, que si ellos no tuvieron parte activa en el latrocinio, muy bien pueden saber quiénes serían los principales sospechosos, que seguramente acudirán a ofrecerles esta mercancía.

Pero metida a enmendar el abandono y la nula vigilancia en que se mantiene a esta zona, la autoridad deberá empezar por tomar cartas sobre la falta de iluminación, la proliferación de puntos donde se acumula la basura, y que es una zona que se viene tomando como depósito de chatarra. Nada menos, dos pasos atrás de donde se ubicaba la estatua de Achirica, precisamente frente a la entrada de la biblioteca José Martí de la UJAT, está abandonado hace más de un año un automóvil compacto destrozado y desvalijado que en la noche es el único lugar que puede ser escondite para delincuentes acechantes.

Nosotros mismos hemos pedido a Tránsito del estado que retire esa trampa y nos batearon. En última instancia enteramos al Rector José Manuel Piña que sus empleados de la biblioteca consentían tácitamente la anomalía, le enviamos fotografías (donde aparecía incluso otra unidad igualmente destrozada a la entrada del estacionamiento de ese local) sugiriendo su intervención (a lo mejor a él si le hacían caso los tranchos) y simplemente nos ignoró.

Pero al parecer no hay razón para esperar que las autoridades aprovechen la ocasión para mostrar sensibilidad y empatía con el clamor urbano de acciones definitivas para atajar la delincuencia. La oportunidad de dar una satisfacción a esa sociedad pudo haberse perdido con la asombrosa reacción del secretario de gobierno Gustavo Rosario, responsable de la política de seguridad del gobierno estatal, quien al ser inquirido por los reporteros sobre si a ese gobierno le interesaba hacer algo para dar con los delincuentes que secuestraron a la mamá de Achirica, respondió tajante “sobre eso no opino”.

¿A donde, con quién nos iremos a quejar de que el estado está siendo VANDALIZADO?

….a pie de carretera
Patricia Osorio Lastra
La nueva titular del Registro Civil llega estrenando oficinas. Unas de acuerdo con la dignidad con que debe ser tratado el público usuario de un servicio tan crítico que fue descuidado por décadas. Se dice que se le ha dotado de los gadgets más modernos que le permitirán revolucionar la calidad y eficiencia en un giro de 180 grados. Con decirle que la amenaza de mandarlo a Usted a pedir copias de sus documentos al OXXO ¡se hizo realidad! Lástima que Cleofás Hernández, quien se desgañitó pidiendo la modernización, no la pudo ver materializada. Ojala todo camine sobre ruedas. Estaremos muy pendientes

Si necesita un curso para tomar lecciones sobre COMO MANEJARSE con el celular ¡no dude en tomarlo! Regreso mañana SDQ. Adiu

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