Proyecto “CCC”
¡PERDÓN!… compermisito… César Graciano Calvario cesargracianoc@hotmail.com Está más que comprobado que los “geniales” asesores del presidente Enrique Peña son de lo peorcito que pudo haberse conseguido. No ha terminado de salir del último lodazal en que lo empinaron, cuando ya está metido hasta el cuello en otro. Ahora le recomendaron pedir perdón por lo de […]
20 de julio de 2016

¡PERDÓN!… compermisito…

César Graciano Calvario
cesargracianoc@hotmail.com
Está más que comprobado que los “geniales” asesores del presidente Enrique Peña son de lo peorcito que pudo haberse conseguido. No ha terminado de salir del último lodazal en que lo empinaron, cuando ya está metido hasta el cuello en otro. Ahora le recomendaron pedir perdón por lo de la Gaviota -su mujer pues- por haberse colgado con el asuntito de la Casa Blanca más de dos años, y prometer en cadena nacional que va a perseguir, implacable, a quienes lucren con sus proveedores y contratantes de obra pública.

Resulta risible el primitivismo de ese círculo asesor, que por lo visto vive pegado a la tele gringa y tiene como guía el comportamiento de la sociedad de aquel país donde, haga lo que haga el preciso, solo necesita salir ante cámaras y micrófonos muy compungido a pedir perdón, y todo mundo se olvida de sus azotones. Ahí está el caso de Richard Nixon con su tremendo escándalo de espionaje, el Watergate, y más recientemente el de William Clinton con el caso de la Lenguinsky, la hermosa y potable estudiante en servicio social dentro de su oficina privada. El primero, podría haber ido a la cárcel sin tocar baranda, pero renunció, y en un acuerdo muy ágil con Gerald Ford, el presidente sucesor, obtuvo el perdón directamente de este. En el caso de Clinton, su esposa Hillary, la principal afectada, le otorgó el perdón, arrastrando tras ella el perdón de la sociedad. ¿Los asesores? Muy atinados.

Sin embargo le digo algo. Quienes sintiéndose los genios del Coaching le han recomendado a Peña Nieto tratar de emular a sus colegas gringos para cosechar similares resultados, son unos ignaros fraudulentos -por ignorar o, sabiéndolo, buscar manipularlo- que hacen de lado el profundo contenido moral de tal actitud de nuestros vecinos. Para el gringo lo más detestable, y criticable, por lo tanto punible, en cualquier ciudadano es la MENTIRA. Pero cuando se trata de un hombre público, la exigencia se vuelve extrema. Faltar a la VERDAD, manipular falsedades y mentiras es el delito más castigable. Por eso renuncia Nixon a la presidencia. Para no ir a la cárcel con el perdón a su arrepentimiento público. Así mismo Clinton. Y no por decir que NO ERA CIERTO lo que hicieron, pero que DE TODOS MODOS PIDEN PERDON.

Como dice “Luisito” González de Alba en su columna “La Calle” de Milenio ¿Porqué todo se nos pudre? Creo que una de las respuestas es: Porque para todo nos queremos pasar de listos. Se trata de ver todo lo que puede dar nuestra capacidad de urdir oportunas argumentaciones –sin que necesariamente estas tengan que ser verdaderas, legitimas- que puedan anular cualquier competencia. Venga de quien venga.

La respuesta de la sociedad se prepara en el sentido de rechazar esta intentona del presidente en su propósito de lograr la impunidad para su ya legendaria proclividad a la acumulación capitalista. Sabedora de que así es el mexicano. Cuando pide perdón, no es para reparar el error, responsabilizarse de los daños en la víctima. NO. Decimos PERDÓN y nos seguimos de frente, en lo que sigue… ¡compermisito! A seguirle dando. Igual o peor.
No podemos consentirlo. Tenemos que esforzarnos en el rechazo a estas desviaciones que minan aún más la cultura política y los valores sociales.

….a pie de carretera
Antonio Solís Calvillo
Este perredista no rebuzna porque lo ha de encontrar complicado. Nada más no se le da el entendimiento. Mucho menos la expresión comunicadora. Ahora le han encomendado enderezar los entuertos de su jefecito el secre respecto al cobro indebido de cuotas en las escuelas primarias y secundarias para tener derecho a la inscripción y vuelve a cajetearla. Dice que nomás no es cierto. Porque así lo dice el reglamento. Ni idea tiene como es que se mueven los intereses en las direcciones escolares con las sociedades de padres de familia y quienes las mangonean. Pero Solís… está aprendiendo

No. Pos ahora ya no será el señor Javier May. Sera Sir Xeivier Mey. ¿Cómo ven? Regreso mañana. Presuroso. Adiu

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