Seguridad. Principal tarea de gobierno

César Graciano Calvario
cesargracianoc@yahoo.com.mx
A solo unas horas de su arribo el nuevo secretario de gobierno, Gustavo Rosario, ya está frente a su prueba de fuego. Bueno. En realidad es la prueba de fuego al cambio que oferta el gobierno de la alternancia a la población, con sus últimos movimientos de personal. El reto está planteado por el último capítulo en el cual se enfrentaron a balazos las policías estatal y ministerial, y donde -sin que al momento de que se escribe esta columna se hayan dilucidado plenamente los hechos y respectivas responsabilidades- resultó, cuando menos, un policía fallecido.

La gravedad del asunto está dada no solo por el hecho del sangriento enfrentamiento que escenificaron los dos cuerpos policiacos estatales responsables de garantizar la tranquilidad y seguridad de la ciudadanía protegiéndola de la delincuencia, sino, también por las evidencias de lo que parece ser una desorganización de dimensiones colosales a los más altos niveles institucionales. El día de ayer por la mañana, a más de 36 horas de haberse registrado los sucesos, el fiscal general del estado, Fernando Valenzuela, en declaración pública deslizó, de manera aparentemente inocente, que aún no se había puesto en contacto con su contraparte, el secretario de seguridad pública.

No queremos hacer de augures ni pitonisos. Pero está puede ser la gota que venga a derramar el vaso de la paciencia pública sobre el tema. Usted ya debe estar al tanto de la polvareda que levantaron las últimas cifras oficiales de INEGI sobre la PERCEPCION DE INSEGURIDAD en las principales ciudades del país, y donde nos llevamos ¡pero como no! los máximos honores. Nadie se explica bien a bien como en una ciudad que ni de lejos tiene los datos, las cifras delincuenciales de otras sobre todo en el norte del país, la población se sienta más insegura. Pero sucesos como el de la balacera entre policías, pueden estar influyendo en ello.

Porque este suceso no es aislado. Se suma a varios otros donde son acribillados policías, o estos participan en episodios brumosos que aún no son esclarecidos. Y después de haber visto pasar a un número cuantioso de militares que han venido a probar suerte en el degüello de la hidra, parece ser llegado el momento de tomar el toro por los cuernos. El secretario de gobierno apareció tras de los micrófonos de telerreportaje unos minutos después de que Valenzuela hiciera su desalentadora confesión. Pero desaprovechó la oportunidad para dejar sentada la nueva visión de su participación.

Sin embargo, fue el propio Gobernador Núñez quien durante el curso de la mañana de ayer mismo señaló la posibilidad de que en la actual circunstancia se considere la conveniencia de solicitar a la federación la presencia de un destacamento de la Gendarmería Nacional. Lo cual pone las cosas en una nueva perspectiva que parece más conveniente. Sin embargo, a nivel interno, la organización y conducción del Sistema Estatal de Seguridad Pública SESP tiene que ser revisada y ajustada drásticamente ante los pobres resultados advertidos. Es en este punto donde debe aparecer la mano conductora del nuevo secretario de gobierno. El gobernador es el titular en el referido SESP. Pero su mano derecha para coordinar la conducción es el secretario de gobierno. La autoridad de esta debe hacerse patente con resultados concretos.

….a pie de carretera
Liliana Díaz Figueroa
Tenemos que reconocerlo. Nos venció su contumacia protagónica. Han sido muchas las ocasiones en que superamos las ganas de hacer evidente el nulo valor, por falso, de la moneda discursiva del Peñato que quiere hacer circular entre la opinión pública como oro de 21 quilates. Pero esta vez fue demasiado lejos. Hace unos días la delegada de gobernación salió a cámaras y micrófonos injertada en una Andrea Legarreta del pantanal a tratar de meternos con los dedos en la boca que “los ajustes a precios de luz y gasolina eran necesarios” ¡Hágame Usted el recabrón favor! ¡Manuelitooooooooooooo!

Parece que regresaremos a las velas de sebo y al miriñaque. Pa’horrar luz. ¡Gracias Licenciado Peña! Por estimular la producción local. Hasta mañana. Adiu

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