¿QUO VADIS? Andrés
César Graciano Calvario
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El escándalo del fin de semana estuvo a cargo de los hermanos López Obrador. Andrés Manuel y Pedro Arturo. Medios de la mayor capacidad de difusión a nivel nacional (El Universal 3 marzo 2016 y Adela Micha Viernes 4) y a partir de aquí, difusores locales de toda índole, también a nivel nacional, dieron puntual cuenta de sus diferencias. Como en cualquier familia. Como entre cualquier par de hermanos desde los tiempos de Caín y Abel. Solo que en este caso se trata de un político y un hombre de negocios. El político más encumbrado de -lo que aún se da en llamar- la “izquierda nacional”, y un mini empresario, común y corriente.
¿Qué se dijeron? Me da pena reproducirlo. Apuradamente le diré que Arturo no tuvo empacho en colgar en el pecho de su hermano todos los adjetivos injuriosos que Usted pueda imaginar, en reproche porque aquel no aprueba que él, Arturo, sea amigo cariñoso y agradecido, de sus adversarios priistas. Andrés no se midió para descalificar a su hermano, tildándolo de traidor. En el foro público. Con todos los reflectores y cámaras que registran su agitado paso rumbo a la candidatura presidencial en 2018.
El bochornoso capitulo que acabamos de presenciar parece abrir la puerta de entrada a un capítulo definitorio en la lucha política que libra este hombre que ha probado ser capaz de resistir los más duros embates de sus poderosos adversarios, pero que está mostrando, a los mismos adversarios, su talón de Aquiles. Y no es precisamente la capacidad de sus hermanos, de sus hijos, de sus más cercanos en el amor filial, para sacarlo de sus casillas.
Su talón de Aquiles resultó ser la debilidad contra la que luchamos todos y muy pocos logran –ya no digamos salir victoriosos, en contados casos- avanzar un tramo considerable al final de sus vidas, y contra la cual Sócrates el sabio alertó a los hombres desde la antigüedad: CONOCETE A TI MISMO. Andrés Manuel, incapaz de contenerse ante lo que consideró intolerable rebeldía de su consanguíneo, furioso, se arrancó violentamente los accesorios que resguardaban su talón, protegiéndolo, y ufano lo mostró a todo el que lo quiso ver.
Los medios referidos fueron los primeros en aprovechar su oferta. Pero vendrán otros. Muchos más. Ni pitonisos somos, pero no es difícil apreciar que a sus adversarios se les ha abierto una veta riquísima y que la explotarán con creces. Ya lo habían intentado antes. Mesías, intolerante, dictador, autoritario, déspota, le dijeron, entre otros muchos epítetos, y no lograron sacarlo de sus casillas. Pero ahora él mismo hizo a un lado el escudo y sus armas, mostrando urbi et orbi que SI. Es tan débil, de no poder contenerse, como muchos otros. No se conoce lo suficiente. No para hacer lo necesario y poder obligarse a entrar en razón frente a los cada vez más peligrosos embates de sus provocadores.
Andrés Manuel López Obrador ha dado muestra de una debilidad que no tiene permitida. No quien se propone regir los destinos de este país. Salvarlo del naufragio. Llevar justicia al más recóndito rincón. Imponer una nueva tabla de valores morales en la conducción gubernamental. Hacernos una nación respetable en el concierto de naciones. ¿Reconvendrá su actitud debilucha? ¿Seguirá en las mismas? ¿Quo Vadis (donde vas) Andrés?
….a pie de carretera
Renato Sales
Los priistas andan mal. ¡Y de malas! Ahora vino nada menos que el Comisionado Nacional de Seguridad a contradecirlos. A contrapelo de los angustiosos gritos de connotados personajes del firmamento priista local que como la llorona andan pidiendo el envío de la infantería de Marina, las fuerzas especiales del ejército y hasta una partida de Cascos Azules de la ONU porque ya no soportan los altísimos niveles de inseguridad, consentidos y hasta alcahueteados por el gobierno de la alternancia, dicen, Sales vino a propalar que “Tabasco está entre los estados más seguros del país” ¡Tómala Barbón!
Semana de cierre de campañas. Aguante un poco más. Ya termina. Hasta mañana SDQ. Adiu
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