César Graciano Calvario 
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“Votemos por el menos peor”. Ricardo Salinas

En la febril embestida contra el presidente AMLO en la que se encuentra empeñado Ricardo Salinas (por haber sido tocado por la antes veleidosa varita mágica de la justicia fiscal, para reclamarle el pago de los impuestos que tiene pendientes de liquidar su extenso imperio empresarial) y haciéndolo directamente responsable de lo que considera una “persecución política” sin parangón; el megalómano empresario neoleonés está dedicado a producir señalamientos, acusaciones, advertencias, retos a duelo, que difunde profusamente por medio de las plataformas de mayor uso público. Casi podemos imaginar la respuesta de AMLO si le preguntáramos por su opinión al respecto en alguna mañanera: “No pasa nada…” “No es importante” “Solo está muy enojado”.

Pero pasa que, como deshecho de su diarrea discursiva, Ricardo Salinas soltó ayer una recomendación para todos nosotros los electores: “Yo los invito a que votemos por el menos peor de los candidatos a la presidencia” Esto en uno de sus tuits en la nueva X y después de haber intentado alertarnos sobre que sería una desgracia que Morena siguiera en el poder, con su candidata Claudia Sheinbaum. Por supuesto. Lo cual nos lleva directo, de la mano del magnate, a espiar las entrañas del aparato que impulsa la candidatura del Frente PRI-PAN-PRD. Porque de lo que pasa con la del MC ya lo hemos ventilado aquí mismo.

Así, como no queriendo, yéndose de la lengua, uppssss, sin querer, Ricardo Salinas enfocó los reflectores sobre lo que ahora mismo piensa y opina la logia de poderes fácticos que impulsa la candidatura de Xóchitl Gálvez. Y también sobre la estrategia operativa de su campaña.  Ellos están pensando en acompañar -en paralelo- a la difusión de la teoría del temor, el miedo a salir a la calle, la inseguridad descontrolada, acompañarla con la difusión de los elementos necesarios para facilitar en el público la percepción de que la inge Gálvez resulta la opción “menos peor”.

Como es nuestra práctica común, le damos un ejemplo local de la aplicación de esta estrategia. Para que pueda identificar fácilmente la difusión que ya hacen los principales actores políticos de la oposición. “¡En Tabasco pensamos que nos iba a ir muy bien con AMLO y su gobierno de la 4T!” “¡Pero perdimos la oportunidad!”  “¡Nos fallaron! ¡No hicieron nada por nosotros!” Con estas machaconas observaciones, pretenden que, si Usted ve muy pobrecita a Xóchitl Gálvez, pueda ir pensando en que “es la menos peor”. ¿Qué tal?

…a pie de carretera

MAURO WINZIG

El sistema de educación superior del estado no goza de su mejor momento. Los vientos de inestabilidad se ciernen sobre el. Solo veamos lo que sucede con la Universidad Popular de la Chontalpa. En este sexenio no se ha encontrado la cuadratura de su importancia estratégica para -cuando menos- no perder el paso en la construcción de una alternativa educativa con mayor calidad y pertinencia social que brinde un futuro cierto y seguro a la juventud que busca satisfacer su propósito de integrarse productivamente al desarrollo social, económico y político de la entidad. Por ese extravío mandaron allá como rector a Ariel Cetina. Un individuo impresentable.

Solo para darle chamba. Y ahora lo han tenido que retirar. A unos cuantos meses de su llegada. Su lugar lo ocupa Mauro Winzig. Un profesional de la ingeniería que se ha desempeñado con responsable sobriedad en los diversos puestos que le han sido encomendados en la Administración Pública estatal. El último como Coordinador de Protección Civil. Su fama de gente seria es garantía de que podrá conducir por caminos tranquilos -cuando menos- la ardua tarea que tiene pendiente esa Universidad.

Respetemos a cualquiera de los actores políticos que, en campaña electoral, puedan pasar por nuestra calle, tocar a nuestra puerta. No les neguemos la comunicación. No discutamos con ellos. Actuemos con civilidad política. Pero, sobre todo -aunque estemos de acuerdo con ellos- no nos unamos a los coros artificiales que acompañan esas marchas callejeras, con el propósito de aparentar malos ambientes para altos personajes políticos. Son ganagracias que buscan quedar bien, especialmente con los candidatos más fuertes. Atacando a sus “enemigos”. Vendiendo cara su animosidad. ¡Y sus supuestas animadversiones! Hasta mañana