Prensa-Gobierno I
Vale la pena que el ciudadano aprenda a identificar quien es quien en los medios. Enrique Muñoz 180213 /Cayuco Erwin Macario    erwinmacario@hotmail.com El compañero Enrique Muñoz toca un tema difícil, que muy pocos abordan. La relación prensa-gobierno. Ya se ha dicho algo en el programa televisivo de José Chablé. Vale la pena regresar al […]
19 de febrero de 2013

Vale la pena que el ciudadano
aprenda a identificar quien es
quien en los medios. Enrique
Muñoz 180213 /Cayuco

Erwin Macario   
erwinmacario@hotmail.com
El compañero Enrique Muñoz toca un tema difícil, que muy pocos abordan. La relación prensa-gobierno. Ya se ha dicho algo en el programa televisivo de José Chablé. Vale la pena regresar al tema.

“A la prensa tabasqueña se le ha mencionado por haber sido tapadera de corruptos y de no haber denunciado a tiempo las anomalías, siendo cómplice, sin embargo vale la pena que el ciudadano aprenda a identificar quien es quien en los medios de comunicación, sobre todo quien es el empresario periodista y quien es el periodista empresario”, dice Muñoz en Por la libre, de Telerreportaje y en su columna Cayuco, que aparece en Rumbo Nuevo, Diario de la Tarde y ABC de la Tarde.

Se señala a una prensa millonaria —agrega—. Probablemente existen empresas beneficiadas con publicidades exorbitantes, pero lo periodistas están ahí, a la vista de todos, sin dinero, muchas veces ni para la mortaja les alcanza y lo que estoy diciendo y señalando en este espacio, es fácil de comprobar, pues incluso, el hoy secretario José Antonio de la Vega Asmitia, cuando fue diputado subió a tribuna a denunciar a una empresa periodística”.

Es cierto. A últimas fechas se ha colgado el sambenito de corruptos a la gran mayoría de los que se dedican al periodismo. Pero hay sus diferencias entre uno y otro. El pueblo lo sabe. Tienen que entenderlo los que piensan que ahora les toca ese botín que adjudican han disfrutado otros.

Como bien dice Enrique, no se debe eludir la responsabilidad personal de cada periodista pero tampoco se tiene porque cargar con cadáveres ajenos.

Los que han buscado enlodar a toda la prensa en el desastre actual —así lo califica Arturo Núñez, gobernador de Tabasco— de la administración pública no le hacen ningún bien al propio gobierno al que buscan servir porque quienes han ido más allá de la sana relación entre la prensa y el gobierno y han pasado de ser medios de enlace —de ida y vuelta— entre las autoridades y el pueblo, para convertirse en cómplices y hasta lavaderos de “hacienda mal habida” están bien identificados y si hay forma de ejercitar contra ellos una acción penal, debe hacerse so pena de quedar nada más en la denuncia mediática con el peligro de caer en el ridículo de la historia.

Arturo Núñez conoce a la mayoría de los periodistas. Eso facilita la relación sana, de respeto, transparente, que debe haber entre los comunicadores y su gobierno. No nada más entre él y los periodistas. No. Entre estos y los funcionarios del gobierno de la alternancia.

Nadie que se precie de demócrata o de izquierda, o de ambas tendencias políticas, puede llegar a la intolerancia con la prensa escrita o electrónicacibernética. Tampoco ceder al canto de las sirenas que se acomodan bajo disfraces de periodistas de la zurda y agreden a los que ninguna culpa tienen de no coincidir con sus formas de hacer periodismo.

Tampoco se trata de hacer una guerra entre medios. Cada quien tiene su forma de rascarse. En los gobiernos priístas han sido criticados los que llevaron en el cuello la marca de la soga. Así podrán señalarse a los que en aras de la izquierda olviden sus actitudes de crítica social para caer en la tarea de amanuenses que Arturo Núñez no necesita.

El periodista debe ser eso: periodista. Cualquier filiación llevada al campo de su trabajo lo coloca en un papel que la propia sociedad, los lectores, repudian.

Que bien que se haya anunciado un órgano civil, un comité de la sociedad, que sea el que dicte normas claras, respetuosas, en el manejo de la publicidad del gobierno, una de las muchas relaciones entre un gobierno y la prensa. Pero nadie, ni de adentro del gobierno nuñista, ni oficiosamente en la propia prensa puede agarrar el papel de verdugo de los que escriben. Esperemos que se integre ese cuerpo colegiado para que trate con el lado comercial de la prensa. No todos son empresarios. Pero sí se tiene que entender que el periodismo es un negocio, que los medios que difunden las noticias, las publicidades y las opiniones de los periodistas son empresas que viven de la publicidad.

Una cosa es la publicidad —que tal vez ANJ no necesite para que el pueblo sepa lo que hace— y otro el derecho a la información, en la que los periodistas son intermediarios.

Respetar su trabajo es parte de esa sana relación que debe haber, de esa sana distancia.
Impedirle a un reportero su trabajo no puede ser, ahora, en un gobierno demócrata, ni siquiera la excepción de la regla.

En los actos públicos —y la mayoría de los que convoca o hace el gobierno lo son— la prensa ejerce su trabajo y garantiza al pueblo el derecho a la información, que, además, todo gobierno, de izquierda, derecha o de en medio, está obligado a tutelar. Quienes no le entiendan le hacen flaco favor a Arturo Núñez.

Gaudiano y la UJAT
Bien que el legislador Gerardo GaudianoRovirosa, presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados, haya encabezado a un grupo de profesores investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco a la Universidad de Colorado, en los Estados Unidos para conocer pruebas de comportamiento y controles de erosión hidráulicos. No olvidemos que la UJAT tendrá pronto la Licenciatura en Agua.

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