Jesús Martell Chagoya

La tradición y la experiencia ahora a pesar de la globalización que estamos viviendo ya no son un plus para los negocios. Para muchas empresas, el hecho de haber sido fundadas hace años ha dejado de ser un punto importante de venta. En la era en que las reputaciones se forjaban y destruían en 24 horas, hoy otros elementos se han vuelto clave.

Hace algunos años y todavía en la actualidad, muchos negocios tradicionales lucían orgullosamente en su entrada un letrero anunciado el año en que habían sido fundados. Estos carteles, que apuntaban a una historia de varias décadas o incluso siglos, eran una suerte de insignia de honor, una muestra de que pese al paso del tiempo, seguían en pie, adaptándose a los cambios, no solo del tiempo sino de los avances científicos y tecnológicos.

Anuncios como los señalados aunque  adornan la entrada de  algunos negocios   en la actualidad, practicamente ya no son tomados en cuenta como gancho para señalar el prestigio logrado durante muchos años.

Comparemos por ejemplo el éxito de la empresa  “Instagram” con lo que le sucedió a Kodak, antiguamente una de las compañías de fotografía más prestigiosas del mundo, establecida en 1892, creadora de la primera cámara de mano, y de la cámara de fotos digital en los años 70. Cuarenta años después, en agosto de 2012, la empresa se vio forzada a vender las patentes de su tecnología digital al mejor postor, después de haberse declarado en quiebra en Estados Unidos.

Algunos señalan que Kodak no se adecuó a los nuevos tiempos y que, al igual que muchos otros en el pasado, se durmió en sus laureles como se dice popularmente. Así como éstas, la dependencia extrema de las glorias pasadas ha sido la causa del fracaso de un sinnúmero de compañías.

Pero los avances tecnológicos que facilitaron el ascenso meteórico de Instagram -y que aceleraron la caída en desgracia de Kodak- ponen en duda cuál es el lugar que le queda a la tradición y al sentimentalismo en el mundo de los negocios.

¿Le sigue importando a alguien el letrero de ‘Fundado en 1922’? Hay que recordar que estamos en la  era de la internet con sus paginas WEB,  y sus redes sociales en la que los clientes disponen de cientos de marcas para elegir.

¿Les importa realmente cuán antigua es una firma si el producto cumple con todos los requisitos que buscan? Para  decirlo de  otra  manera: ¿morirá la tradición a consecuencia de los avances tecnológicos?

Cuando la tradición no importa
En la actualidad, el ritmo de cambio es tan veloz que un año de cambios equivale a dos décadas de hace cien. La herencia puede ganarse más rápidamente en esta época en la que las reputaciones pueden hacerse y destruirse en 24 horas o como  se puntualiza en conocido y popular programa de noticias radiofónicas mejor conocido como Cuarto poder,  “Un poco de gozo, puede provocar muchos años de calabozo”

Desafortunadamente la longevidad nunca se menciona entre los principios y los objetivos de una empresa. No se trata de tradición o de hace cuánto tiempo que están haciendo negocios sino de qué han logrado en ese  tiempo.

Nostalgia
Como se mencionaba anteriormente, una de las ironías del éxito de  la empresa Instagram, es que, justamente, apela al sentimentalismo y la nostalgia. Tal y como si fuera una  especie de homenaje a  la marca  de las Polaroid, Instagram condensa sus fotos en un cuadrado con marco blanco, y permite añadirle filtros a la imagen para darle un aspecto antiguo.

Curiosamente, Polaroid  no sufrió la misma suerte que Kodak. Este año la marca cumple 75 años, y ahora se especializa en productos electrónicos como TV en 3D. Polaroid  o sus ejecutivos propietarios, no creen que esta asociación de la firma con las fotografías instantáneas de otra época perjudique a la empresa. Incluso los consumidores  de estos productos de la Polaroid los asocian no necesariamente con las fotos sino con la experiencia de estas fotos, que tiene que ver con hacer algo divertido y simple.

Combinación para el éxito
El atractivo de la tradición varía dependiendo de qué sector se trate, por eso algunas industrias se basan más que otras en los conceptos de confianza y familiaridad. En algunas categorías la gente siempre estará buscando lo último, pero en otras como por ejemplo en productos para el cuidado del bebé, la gente busca algo que les brinde confianza y que les facilite las actividades que realizan para la atención y confort de su bebe y para ellos también.

En el caso de los fabricantes de llantas Michelin, la empresa cuenta con una historia que se remonta a 1889, cuando dos hermanos, dueños de una fábrica de goma, ayudaron a un ciclista que pasaba por ahí con una rueda nueva. Después de perder más de 12 horas con la llanta, decidieron que tenía que haber una forma más fácil de hacerlo y así fue como nació la compañía conocida por muchos internacionalmente.

Hoy tienen más 6 mil  investigadores en tres continentes, que trabajan con un presupuesto amplio que incluso rebasa 750 millones de dólares. Los respalda  también 123 años de historia pro eso son la compañía que muchos conocen. Pero al mismo tiempo, es la innovación constante lo que les ha permitido estar donde están ahora.

Combinan pues años de experiencia y la confianza ganada a través de las generaciones con una mirada hacia el futuro, partiendo del conocimiento de qué es lo que la empresa sabe hacer mejor.

Jesús Martell Chagoya
Maestro en Derecho Fiscal
Músico sacro.  Egresado de la Escuela Superior de Música de Aguascalientes, Ags.
Concertista Clásico en Piano. Conservatorio  de Música, Morelia, Michoacán.
Licenciado en Derecho. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Maestro en Derecho Fiscal. Universidad del Valle de México.
Certificado como locutor profesional. Secretaria de Educación Pública, Unidad de Radio y Televisión.
Reportero: Diario “PRESENTE” y  de XHTVL  Canal 9,
Editor/Director, Revistas: “La buena mesa”, “En concreto”, “Década” y “SUMMA”