Aprender de las redes sociales (tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“La tecnología por sí misma no es transformativa. Es la escuela, la pedagogía, la que es
transformativa”.
Tanya Byron

Jorge Quiroz Casanova
jorgequirozcasanova@gmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 106 7165
Los sitios y aplicaciones de redes sociales son ampliamente utilizados por los estudiantes. Pasan mucho tiempo en estos sitios como parte de su vida diaria. Algunos estudios han revelado que, entre los diversos grupos de edad de los estudiantes, los universitarios encabezan el listado de quienes más las emplean. Para bien o para mal, las redes sociales juegan un papel muy importante en la educación. Por un lado, cada vez es más sencillo acceder a la información más reciente al conectarse con grupos de aprendizaje y otros sistemas educativos, donde los estudiantes hallan múltiples oportunidades para complementar o suplementar su formación. De igual manera, pueden intercambiar información conectándose con diferentes personas. Lo mencionado puede tener un impacto positivo en los resultados de un estudiante. Sin embargo, las redes sociales también arrastran repercusiones en la salud mental de los estudiantes; en lo que refiere a su bienestar emocional, psicológico y social. A pesar de sus significativas contribuciones en la adquisición de conocimientos, siempre existe la duda de si dichas tecnologías realmente desquitan los perjuicios que pueden provocar, los cuales vienen, por lo general, ligados a la forma en que se usan. Esto desencadena la curiosidad se saber si las redes sociales en realidad se aprovechan para obtener conocimientos o solo para fines lúdicos. Si bien no es necesariamente nocivo utilizarlas como medio de recreación, es cierto que no es difícil que llegue a serlo por su uso imprudente.

Varios estudios afirman que las redes sociales tienen más efectos adversos que positivos. Dado que los estudiantes tienden a pasar más tiempo en las redes sociales con fines NO educativos, pueden causar distracción en momentos de aprendizaje, afectando su progreso académico.

Además, pasar mucho tiempo en los sitios de redes sociales puede conducir a un estilo de vida sedentario, a una reducción del sueño y a una disminución en los niveles de actividad física diaria, lo que a su vez puede hacerlos vulnerables a enfermedades no transmisibles como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. Y sumado a ello, se ha documentado que el uso de las redes sociales tiene efectos negativos en la salud mental, pudiendo avivar la depresión y ansiedad. En resumen, tienen un efecto sobre el aprendizaje, la interacción social y la duración del sueño.

Un estudio reciente mostró que el 97% de los estudiantes usaban aplicaciones de redes sociales.
Solo el 1% de ellos utilizó las redes sociales con fines académicos. Mientras que el 35% de ellos usaba estas plataformas para chatear con otros, el 43% de ellos navegaba por estos sitios para pasar el tiempo. Además, el 57% de ellos eran adictos a las redes sociales. El 52% de ellos informó que el uso de las redes sociales había afectado sus actividades de aprendizaje, el 66% se sintió más atraído por las redes sociales que por las actividades académicas, y el 74% pasó su tiempo libre en las plataformas de redes sociales. Las aplicaciones más populares, según su uso, fueron Snapchat (45 %), Instagram (22 %), Twitter (18 %) y WhatsApp (7 %). Adicionalmente, el 46% y el 39% de ellos reportaron acostarse entre las 11 pm y las 12 am y entre la 1 am y las 2 am, respectivamente.

Finalmente, el 68% atribuyó su retraso en la hora de acostarse al uso de las redes sociales, y el 59% informó que las redes sociales habían afectado sus interacciones sociales. En este estudio, el 57% pasa más de tres horas en el día en las redes sociales y el 34% pasan más de tres horas en las redes sociales durante la noche, por lo que la mayoría de los estudiantes pasan un total de seis horas en las redes sociales todos los días. Además, se ha informado que hay un aumento progresivo en la tasa de mortalidad por cada incremento de 1 hora en el tiempo sedentario.

La mayoría de los participantes informaron sobre el uso prolongado de sitios de redes sociales con fines no académicos. Esto es un problema apremiante para solventar, pues se habló ya de cómo un mal manejo de las redes puede ramificarse en un daño a varias de las dimensiones de un estudiante, desde la académica, hasta la física y emocional. Y como adición última, con los nuevos formatos de entretenimiento en las redes sociales, se ha dado una caída en el lapso de atención de la gente, pasando entre el 2000 y el 2015 de ser de 12 segundos hasta 8.25 (Lazovska, 2016). Es decir, cada vez es más complicado empezar a concentrarse en algo.

De nuevo, las redes sociales en la educación son una herramienta inconmensurablemente valiosa: mantienen a quien las emplea al tanto de lo que sucede en el mundo. Ofrecen una manera refrescante y atractiva de aprendizaje, información de temas variados, importantes para contar con una perspectiva amplia, y un sinfín de conexiones. Simplemente es cuestión de buscar los temas y las fuentes con suficiente profundidad y, por supuesto, compartirlas.

No menos importante, es necesario hacer conciencia del tiempo y la manera en que se emplean, procurando no descuidar otras responsabilidades, el cuidado personal o la higiene del sueño.