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Probióticos para la tierra(Tiempo estimado de lectura: 5 minutos)“La riqueza del suelo entre nosotros no sólo no aumenta, sino que tiende a desaparecer”.Arturo Uslar Pietri Jorge Quiroz Casanovajorgequirozcasanova@gmail.comJorge Quiroz Valiente917 106 7165La principal reserva de carbono en la Tierra es el océano, que almacena aproximadamente 38,000 gigatones de carbono (una gigatonelada equivale a 1,000 millones […]
25 de noviembre de 2023

Probióticos para la tierra
(Tiempo estimado de lectura: 5 minutos)
“La riqueza del suelo entre nosotros no sólo no aumenta, sino que tiende a desaparecer”.
Arturo Uslar Pietri

Jorge Quiroz Casanova
jorgequirozcasanova@gmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 106 7165
La principal reserva de carbono en la Tierra es el océano, que almacena aproximadamente 38,000 gigatones de carbono (una gigatonelada equivale a 1,000 millones de toneladas). Esto representa el 85% del carbono total almacenado en la Tierra.

El carbono del océano se encuentra en forma de dióxido de carbono disuelto, bicarbonato y carbonato. El suelo, por su parte, el segundo puesto como reserva de carbono en el planeta. Alberga aproximadamente 500 gigatones en forma de carbono orgánico del suelo y con la biosféra son 1,500 gigatones (Janzen, 2004).

Tradicionalmente, los investigadores habían creído que el carbono orgánico se originaba principalmente a partir de detritos vegetales; sin embargo, una nueva investigación sugiere que los microbios pueden ser una fuente importante de carbono orgánico. Se estima que la contribución de la masa necrótica microbiana al carbono orgánico del suelo tan alta como 50–80 % (Liang et al., 2019). El microbioma del suelo es la comunidad más diversa de la biosfera y representa al menos una cuarta parte de la biodiversidad total de la Tierra. Decenas de millones de especies de bacterias, arqueas, hongos, virus y microeucariotas coexisten bajo tierra, a pesar de sólo haberse descrito en detalle unos pocos cientos de miles de especies.

Los microbios del suelo son un pilar del ciclo del carbono, pues constantemente sintetizan y fijan materia orgánica, al mismo tiempo que liberan carbono como subproducto de la respiración o de la fermentación. La investigación actual sobre el papel que desempeñan¿¿ las comunidades microbianas del suelo en el ciclo del carbono se centra, entre otras cosas, en sus mecanismos para la formación de la materia orgánica del suelo y el impacto que tienen sobre ellos.

El suelo proporciona servicios ecosistémicos críticos para la vida: actúa como filtro y almacén de agua, proporciona un medio de cultivo que suministra nutrientes y líquidos a plantas y animales y ofrece hábitat para una gran diversidad de organismos. Entendiendo la importancia del suelo, parecería lógico un compromiso con su preservación; no ha sido el caso. Precisamente, la humanidad se enfrenta cada vez más al desafío de la combinación de cambio climático, crecimiento demográfico y degradación de la tierra, esta última abarcando la pérdida de carbono, la disminución de la biodiversidad y la erosión.

Lo más alarmante es que la degradación de la tierra reduce el funcionamiento hidrológico del suelo y, por tanto, varios otros servicios ecosistémicos.

Es necesario comprender y revertir los impactos del cambio ambiental global y la degradación del suelo asociada, pues comprometen la biodiversidad, la producción de alimentos, la regulación del clima y los medios de vida de las personas. En este proceso, se ha propuesto que las comunidades microbianas no solo son un indicador de la salud y el nivel de restauración de los ecosistemas, sino que también pueden manipularse para mejorar la recuperación de ecosistemas degradados.

Los microorganismos dominan la vida del suelo y realizan una variedad de funciones vitales al regular el ciclo de nutrientes, descomponer la materia orgánica, definir la estructura del suelo, suprimir enfermedades de las plantas y apoyar su productividad. Los estudios de casos indican el potencial de los microorganismos como revolucionarios hacia la restauración del funcionamiento del suelo. Históricamente, se ha pasado por alto el papel de la microbiota del suelo en la formación y el mantenimiento de los suelos, pero esto ha dado un giro reciente. En la última década, ha habido un número cada vez mayor de estudios que sugieren emplear microorganismos como mediadores de ecosistemas, particularmente para mejorar la producción de cultivos y restaurar tierras secas.

Los grupos de microorganismos potencialmente más valiosos para la restauración del suelo son rizobacterias, que promueven el crecimiento de las plantas, bacterias fijadoras de nitrógeno y hongos micorrícicos. Comoquiera, todos los microorganismos pueden desempeñar un papel principal en la restauración de tierras degradadas, mejorando las propiedades hidráulicas del suelo, como la infiltración y la retención de agua.

No resta mucho para llegar a buenas propuestas de solución para el asunto de la degradación de los suelos. La investigación ha dado con todo un nuevo horizonte de posibilidades para combatir una de las tantas crisis del mundo; una que, además, nutre otras problemáticas globales, como el abasto de alimentos, la desaparición de especies y el desequilibrio de los ecosistemas. A partir del dominio de algo tan pequeño y fundamental, como las comunidades de microorganismos del suelo y la subsecuente hidrología del suelo, viene el control de sistemas biológicos mucho más grandes. Esto no sólo es un descubrimiento científico con enorme potencial, también es un caso paradigmático de cómo abordar problemas. Las malezas no se cortan desde las hojas, sino desde la raíz. A veces es mejor volver a lo básico, a lo elemental para atacar un problema. De cualquier modo, queda bastante por aprender de los suelos y sus originales modos de operar. Sin lugar a dudas, la microbiota del suelo es una buena apuesta para la investigación.

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