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Aprendiendo a vivir entre plástico (tiempo estimado de lectura: 5 minutos)“El agua y la tierra, los dos fluidos esenciales de los que depende la vida, se han convertido en latas globales de basura”.Jacques Cousteau Jorge Quiroz Casanovajorgequirozcasanova@gmail.comJorge Quiroz Valiente917 106 7165Se estima que actualmente la cantidad de masa plástica en el planeta supera a la […]
5 de noviembre de 2023

Aprendiendo a vivir entre plástico (tiempo estimado de lectura: 5 minutos)
“El agua y la tierra, los dos fluidos esenciales de los que depende la vida, se han convertido en latas globales de basura”.
Jacques Cousteau

Jorge Quiroz Casanova
jorgequirozcasanova@gmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 106 7165
Se estima que actualmente la cantidad de masa plástica en el planeta supera a la biomasa animal (Elhacham et al., 2020). Integrada de 1950 a 2019, la producción global acumulada de plásticos es del orden de más de 9 mil millones de toneladas. Hasta 2015, las cifras globales de este material indicaban que más de la mitad ha sido liberado al medio ambiente como basura. Debido al gran volumen del océano, el medio marino se ha convertido en uno de los principales reservorios de residuos urbanos e industriales. La baja densidad del plástico lo hace flotar, por lo que una gran proporción del mismo es transportada en la superficie, o se hunde cuando la degradación afecta a su flotabilidad.

La masa actual flotando en la superficie del océano es de unas 250,000 toneladas, la mayoría acumuladas en zonas de convergencia subtropicales de todo el mundo. Estas áreas ocupan solo el 8 % del área total, pero acumulan el 92 % de todos los plásticos flotantes, por lo que se les conoce como islas de plástico.

Estas islas acumulan desechos marinos superficiales, de los cuales el 80 % provienen de regiones costeras densamente pobladas y zonas industrializadas. Existen cinco grandes manchas de basura en los océanos del mundo y se estima la mayor concentración de plástico flotante (46 %) es de un solo uso, como botellas, bolsas y envases y se suman a las boyas y redes de pesca abandonadas. Esto no quiere decir que estas islas se vean como grandes parches de plástico que recorren el mar. Se puede estar en una sin ver plásticos, pues cubren una extensión tan grande que los residuos se encuentran sumamente dispersos.

Los residuos plásticos suponen un problema medioambiental, puesto que pueden tardar cientos o incluso miles de años en descomponerse, y en el proceso contaminan los océanos, dañan la vida marina e incluso ponen en riesgo la salud humana al consumirse especímenes afectados. De las cinco islas de plástico principales en los océanos del mundo, la mayor es El Gran Parche de Basura del Pacífico, entre Hawái y California. Se estima que tiene un tamaño de aproximadamente 1.6 millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale aproximadamente al 80 % de México.

Algunas medidas que se pueden tomar para reducir el uso de residuos plásticos de un solo uso incluyen: llevar bolsas de tela al supermercado, evitar usar botellas de plástico y reducir el consumo de alimentos envasados en plástico.

Un aspecto interesante es que, contrario de lo que pueda parecer, sí hay vida en las islas de plástico. Los residuos plásticos proporcionan un hábitat para una variedad de organismos marinos, incluidos microorganismos, como las bacterias y los hongos, los cuales han llegado a descomponerlos, aunque pueden liberar sustancias tóxicas potencialmente nociva para la vida marina. Los invertebrados, como los crustáceos, los moluscos y los gusanos, también se encuentran en las islas de plástico. Estos organismos pueden utilizar los residuos plásticos como refugio.

Las investigaciones han demostrado que, en algunos casos, los residuos plásticos pueden incluso proporcionar un hábitat para nuevas especies de organismos marinos. Se ha descubierto una nueva especie de coral que vive en los residuos plásticos del Gran Parche de Basura del Pacífico. Estudios posteriores han demostrado que los microbios colonizan rápidamente los desechos y que las comunidades de plástico son taxonómicamente distintas de las de la columna de agua circundante.

La vida flotante (neuston, se encuentra en la capa superficial que separa el agua de la atmósfera) es un componente central de la red alimentaria de la superficie del océano compuesta por algas, fitoplancton y bacterias. En las islas flotantes del Atlántico norte, donde la vida flotante proporciona una estructura de hábitat y servicios ecosistémicos críticos, existe una importante diversidad que se va acumulando con corrientes superficiales convergentes.

Es necesario lidiar con las islas de plástico, no obstante, plantean una interesante cruzada de ideales. La vida en todas sus formas es valiosa, pero en este caso, el ecosistema de estos neuston compromete a muchas otras especies. Siendo pragmáticos, acabar con tales especies podría justificarse con los beneficios de la extracción de grandes volúmenes de plástico del océano. Comoquiera, no es lo ideal. Podría ser una alternativa aclimatar a la vida de las islas flotantes a otros medios, situarlas en ambientes controlados para su estudio y preservación. Eso, por supuesto, requiere bastante gasto en investigación pura, que no es menos valiosa, pero resulta menos llamativa para la inversión por no prometer ganancias.

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