Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
En este 2020, año de la pandemia del Covid-19 que hizo realidad la película ficción «Contagio» de Steven Soderberg (2011), Telereportaje cumplirá 62 años en pleno uso de las tecnologías de la comunicación que las obras literarias de Aldous Huxley (Un mundo feliz) y George Orwell (1984) dejaron como herramientas a criterio de la imaginación y evolución de la humanidad y la ciencia.

Ahora ya no es el Tabasco de 496 mil 340 habitantes que el lunes 22 de septiembre de 1958 sintonizó la frecuencia XEWM para escuchar el primer noticiero radiofónico de la región: «En un medio incomunicado y carente de servicios donde el cielo estrellado, la exuberante vegetación y lo accidentado de su geografía, fueron partícipes y testigos, nació Telereportaje… se gestó una nueva opción y una nueva forma de hacer periodismo radiofónico».

Cuando Jesús Antonio Sibilla Zurita realizó «la idea» del programa que había planteado a su «tocayo» Jesús Nazar Jaidar tal vez nunca imaginó que el proyecto comentado a la puerta de la estación radial XEWM, que se ubicaba en la calle Sáenz, sería testigo del final de la centuria 20 así como del inicio del tercer milenio.

Mucho menos quizás que aquel candidato del frente opositor al PRI en la elección de gobernador del 9 de noviembre de 1988 que, tras depositar su voto en el ánfora instalada en el parque de Los Guacamayos revelara que había sufragado por Jesús Antonio Sibilla Zurita para gobernador, 30 años después fuera electo presidente de México el 1 de julio de 2018: Andrés Manuel López Obrador.

De la semblanza oficial de Sibilla Zurita destaca el éxito de Telereportaje: «Tabasqueño arraigado, con gran sensibilidad a los problemas sociales y una gran visión, proyectándose siempre delante de los acontecimientos, aceptó el compromiso y asumió la responsabilidad social con su pueblo».

Fue ese pueblo el que lloró en las calles cuando Sibilla Zurita falleció el 2 de julio de 1989. Inolvidable la estampa de los arroyos humanos que se juntaron en el panteón central para despedir al profesional de la comunicación que narró ininterrumpidamente el quehacer cotidiano de la humanidad en el trópico por más de tres décadas. Ni las inundaciones, ni las explosiones petroleras y volcánicas, ni los conflictos universitarios, ni las pasiones políticas encontradas entre paisanos, le impidieron abrir el micrófono a Telereportaje: la voz del pueblo.

Tabasco ya no es el mismo de hace 62 años. La población se quintuplicó a 2.5 millones. Desde 2012, el PRI perdió la hegemonía política electoral que empezó a perder en 1991 en tres municipios: Cárdenas, Nacajuca y Macuspana. Irremediablemente, lo desplazó el PRD, el partido que, en 1995, plantó militantes alrededor de Palacio de Gobierno hasta llevar a los priistas a tomar las instalaciones de la estación XEVA, una de las casas que cobijaron a Telereportaje. Fueron episodios de la vida política que siguen apareciendo ahora con una nueva organización política al frente: Morena.

La otra casa es la casa de ahora, la que llegó después de la XEWM: la XEVT que ahora a la frecuencia FM suma las redes sociales: Facebook, Twitter Instagram, Youtube y demás sitios de la web por donde las naves espaciales de películas como Metrópolis de Fritz Lang (1927), cautivan a los internautas.

Es el signo del tiempo y las generaciones. Al fallecimiento del creador, Telereportaje quedó en manos de Jesús Antonio Sibilla Oropesa. Un relevo de sangre y pasión que fue construyendo las circunstancias y la forma de un modelo de comunicar sin perder las raíces. Sin dejar el servicio social a la población vulnerable de la región.

Y el pueblo, siempre el pueblo convertido en consuetudinario radioescucha, tomó natural que la estafeta pasara al comunicador formado en el aula universitaria pero con la misma dedicación y profesionalismo de su padre y hermano: Emmanuel Sibilla Oropesa.

Son generaciones con un mismo objetivo: comunicar y hasta se puede decir, alfabetizar a una población que no obstante apoyar, en una gran mayoría, la carrera política del presidente López Obrador, aún cae en la irresponsabilidad y la indisciplina como durante la emergencia sanitaria queda evidenciado.

Telereportaje no puede vivir sin Tabasco porque su raíz está en las corrientes de los ríos, lagunas, arroyos y pantanos, así como el verde de su flora y en la sobrevivencia de su fauna. Así también, Tabasco no puede vivir sin Telereportaje porque la voz del pueblo está ahí, en ese noticiero radiofónico que repite el axioma de Jesús Antonio Sibilla Zurita en tiempos de crisis: «Ni me aflige, ni me afloja…»

Así como la generación de los cincuentas del siglo pasado vio nacer Telereportaje, así los milleniallis también son testigos de cómo la voz del pueblo toca a la tecnología de punta. Y son los primeros 62 años de una vida sin tiempo.