Reafirmando lo que dijo la Corte, el gobernador Arturo Núñez Jiménez dijo que la anulación de la elección de Presidente Municipal de Centro no fue un asunto de compra de voto partidista ni mucho menos de interferencia gubernamental, fue un problema de pésima organización comicial. Incluso en el fallo de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), emitido la víspera, se ordenó que se diera vista al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) del comportamiento del Consejo Municipal Electoral de Centro, “que es a quien se debe el desaseo” de los comicios.
Ricardo Rivera
Rumbo Nuevo
La anulación de la elección de Presidente Municipal de Centro no fue un asunto de compra de voto partidista ni mucho menos de interferencia gubernamental, fue un problema de pésima organización comicial, sentenció el gobernador Arturo Núñez Jiménez.
Enfatizó que incluso en el fallo de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), emitido la víspera, se ordenó que se diera vista al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) del comportamiento del Consejo Municipal Electoral de Centro, “que es a quien se debe el desaseo” de los comicios.
El mandatario concedió el beneficio de la duda a las autoridades electorales que surgieron en Tabasco de la última reforma electoral que dio paso a la creación del INE, pero, argumentó, “de lo que sí tengo certeza es de su ineficacia que llevó a la anulación de una elección ganada por 12 mil votos”.
Recordó cómo desde antes que asumiera la gubernatura, hace más de tres años, propuso que las elecciones locales fueran organizadas por el entonces Instituto Federal Electoral (IFE), hoy INE, algo que tras muchas resistencias del que en aquel tiempo era el partido hegemónico, se logró de manera mixta cuando la reforma concedió a este organismo una parte de la organización y otra al IEPCT.
Aseveró que a diferencia del pasado, eso permitió que en Tabasco hoy no existan autoridades electorales a modo del gobernante en turno ni de su partido.
Arturo Núñez dejó claro que los procesos políticos y sociales no se construyen en línea recta como una cadena sucesiva o en una marcha triunfal de éxitos; se consolidan, acentuó, a base de ensayo y error, y hoy “tenemos que asumir esto como una parte del proceso de transición del estado”.
El jefe del Ejecutivo se declaró un demócrata convencido, y rechazó que se esté recurriendo a prácticas de antaño que impedían el sano ejercicio de gobierno dividido. “Ahora –estableció– no estamos actuando así, estamos respetando lo que los electores decidieron en las urnas”.
Celebró que por vez primera, a partir del 1 de enero de 2016, Tabasco vaya a transitar hacia una etapa de gobierno dividido, donde un partido tendrá la mayoría en el Poder Ejecutivo, pero ningún partido por sí solo, a través de su grupo parlamentario, tendrá la mitad más uno de los legisladores en el Congreso.
Núñez Jiménez apuntó que gobierno dividido no significa gobierno confrontado ni enfrentado con otros poderes.
Descartó que la pluralidad o la figura de gobierno dividido vayan a obstruir el desarrollo de Tabasco, y refirió que en el país hay suficientes evidencias de que la nueva correlación de fuerzas en ningún momento ha frenado el desarrollo o ha provocado crisis de ingobernabilidad.
Lo anterior lo expresó el jefe del Ejecutivo en el marco del brindis anual navideño al que fue invitado por la agrupación política local “José María Pino Suárez”, cuya presidenta de la Comisión Ejecutiva Estatal es Marcela Peña Montalvo.
