¿A los tribunales?

Mario Gómez y González
chayogomezg@hotmail.com
De acuerdo al Diccionario de Español Jurídico de la Real Academia de la Lengua Española, el término impugnable corresponde o tiene que ver con un acto, disposición o resolución, susceptible de ser objeto de recurso; y pone como ejemplo para un mayor entendimiento o comprensión del concepto que, los actos administrativos impugnables, son las resoluciones y los actos de trámite que decidan directa o indirectamente el fondo del asunto, determinen la imposibilidad de continuar el procedimiento, produzcan indefensión o perjuicio irreparables a derechos e intereses legítimos.

Por lo tanto, los actos impugnables, son los actos y disposiciones de la Administración en relación con los cuales será admisible el recurso contencioso-administrativo. En este sentido, son actos impugnables todos los que hayan puesto fin a la vía administrativa.

¿Cuáles o que son los medios de impugnación?; los medios de impugnación son recursos de defensa que tienen las partes, para oponerse a una decisión de una autoridad, pidiendo que esa misma autoridad la revoque o que sea un superior jerárquico que tome la decisión dependiendo del recurso del que se haga uso. Adentrémonos un poco más, no sin antes reconocer que no somos expertos en materia jurídica, pero que el asunto al que nos referimos, no está exento del escrutinio legal.

Tomando como base lo anterior, se infiere que si es impugnable el proceso de elección del nuevo Rector de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), debido, principalmente, a que no existió una convocatoria pública, por lo que la comunidad universitaria nunca se enteró del proceso o éste se hizo a espaldas, en este caso, de la comunidad Juchimán, integrada por profesores, investigadores, directivos, personal administrativo, trabajadores y estudiantes.

Al hacerlo de esta manera, el Consejo Universitario, la Junta de Gobierno y la propia institución representada por su todavía Rector José Manuel Piña Gutiérrez, vulneró los legítimos derechos de profesores que hubieran tenido la intensión de participar en el proceso de renovación de la Rectoría de la UJAT; al no haber convocatoria o desconocerse como tal, no había reglas para tal.

Esto quiere decir que, si hubiera alguien de la comunidad de profesores de la UJAT que impugnara el proceso de renovación de la rectoría, porque reúnen los requisitos para ser el Jefe Nato de la universidad (Rector), tendríamos un escenario judicializado de la designación de quien, a partir del 23 de Enero, deberá comenzar a despachar como el nuevo Rector de la UJAT, para los próximos cuatro años y que todo se desahogara y/o dilucidara en los tribunales.

La UJAT está obligada a respetar la ley y/o las reglas, nos indicaba conocido jurista estatal; porque en su proceso de renovación de la Rectoría, la UJAT actúa como autoridad. ¿Pero la universidad es autónoma; entonces no sería violatorio a su autonomía?, le inquirimos; respondiéndonos que la autonomía solo compete a sus procesos educativos, académicos y de la administración de sus recursos económicos, financieros y patrimoniales.

Es autoridad, porque la UJAT y actúa como tal, porque para nadie es un secreto que nuestra Alma Matter, firma y tiene contratos colectivos de trabajo con sus profesores y personal diverso; de no hacerlo así, entonces, ¿cómo la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y en el ámbito estatal, el mismo Órgano Superior de Fiscalización (OSFE), les pueden hacer observaciones y revisiones?

De ahí, que al regresar del periodo vacacional ahora en el mes de Febrero, los profesores que sientan que sus derechos se vieron violentados, porque tenía la intención de participar en el proceso de renovación rectoral al cumplir los requisitos que la reglamentación universitaria marca, podrían acogerse al recurso de la impugnación; ¿cómo?:

Primero, ampararse contra la actuación de la universidad, el consejo universitario, la junta de gobierno y hasta la propia terna rectoral, recurriendo, en el ámbito local, al Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA) y, de darles “palo”, acudir hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a fin de que el proceso sea repuesto; tal a como ocurrió recientemente con el ex magistrado del Tribunal Electoral de Tabasco (TET), Jorge Montaño, a quien la SCJN, tras litigio jurídico, le dio la razón, por lo que lo tuvieron que restituir en su cargo, además de reintegrarles sus salarios y prestaciones completitas.

Esto no quiere decir que la UJAT se vaya a quedar sin Rector, porque de hecho el que vaya a ser designado, en este caso todo apunta a la persona de Guillermo Narváez Osorio, podrá asumir como tal, pero con la salvedad de que si la autoridad estatal o la federal (si se da, será la SCJN), la UJAT tendrá que reponer el proceso completo, pero ahora sí, sin los vicios, omisiones, obscurantismo y demás,; todo muy clarito y de cara a la comunidad universitaria y, en segundo término, a la sociedad tabasqueña, quien vería que los asuntos de la Universidad se dirimen en un escenario transparente. Insistimos, solamente todo lo anterior podría darse, si algún profesor impugna el proceso rectoral; de lo contrario, no sucederá absolutamente nada y nada cambiará en la UJAT, que seguirá siendo reflejo de lo que pasa en Tabasco y, nuestra entidad, espejo de lo que sucede en la Universidad.

Y Para Usted También** Estamos a 24 horas, que los integrantes de la H Junta de Gobierno de la UJAT, determinen quien será el nuevo Rector** solo para dimensionar y valorar a los integrantes de este organismo, le diremos que la UNAM, tardo más de 2 meses en oscultar en toda la comunidad y revisar los planes de trabajo de los integrantes de quienes aspiraban a dirigir a la instituciónaquí, estos juchimanes, lo hicieron en horasvaya, no durmieron y trabajaron sin descanso, cuando todos los tabasqueños dormían plácidamentechuladafue todo por hoy**hasta mañana Dios mediante.