Iván Aguirre Aguilar                             
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Juventud, divino tesoro. Vaya época del ser humano en la que, desafortunadamente “nos queremos tragar el mar de un buche”.

Etapa crucial en la formación del o de la adolescente. Ello, por supuesto que se cifra en directrices a posteriori en rubros como el comportamiento y la capacidad dosificada de principios y valores que  habrán de reflejarse en un ciudadano correcto para  con sus pares.

Da  gusto saber que, eso, lo ha entendido a bien la actual Directora General del Instituto de la Juventud de Tabasco Yoana Cristel Sánchez Aguirre. La premisa que le impulsa a cumplir a cabalidad su encomienda conferida por el Jefe del Poder Ejecutivo Local Arturo  Núñez Jiménez, se circunscribe a imbuir a niños y jóvenes en la dinámica del ejercicio de sumar esfuerzos a fin de concretar acciones tendientes a hacer  realidad lo plasmado e instruido por órdenes superiores.

El INJUTAB ha hecho suyos –de ahí que sus logros se signifiquen en serios avances en pro de los mancebos- todos y cada  uno de los lineamientos que en ese renglón se contemplan dentro del esquema de trabajo  como política pública.

Luego de dieciocho meses de haber sido instituido como ente gubernamental, el Injutab, ha entregado buenas cuentas a los jóvenes, a la sociedad; a quién otorgó la confianza en el encargo que hoy se ostenta.

El evento que se efectuará mañana (la entrega de los Premios Estatales de la Juventud) dentro del marco de la celebración del Día Internacional de la Juventud por mandato de la Organización de las Naciones Unidas, sin lugar a dudas fungirá  como ese aval que soporta resultados positivos en la tarea emprendida desde que viera la luz la institución en referencia.

En resumen, Yoana Cristel Sánchez Aguirre encausa su trabajo a la consecución de una juventud capaz de mostrarse como esa guía de buenos ejemplos a seguir por parte de niños que observan el desarrollo de ese presente que debe ser prometedor  para Tabasco, a como se aspira en la persona de la titular de la dependencia multireferida.

-DE REOJO-
Hemos remarcado hasta el cansancio que, de ser necesario se tiene que fungir como ese ente de enlace entre la sociedad y sus autoridades y, de exigirse, evidenciar cuando no se cumpla en tiempo y forma con la obligación adquirida. Eso sí, injusto sería el no señalar del mismo modo, cuando se pretende desvirtuar la realidad de las cosas. Respecto a la minuta que se signó entre la Secretaría de Seguridad Pública a cargo del General Audomaro Martínez Zapata y los entonces inconformes el pasado 30 de marzo se deben puntualizar ciertas precisiones: Se ha resuelto, en la medida en que se ha contado con los recursos suficientes para ello, acciones concretas a favor de los elementos de la corporación, lo mismo que, en el punto de las viviendas, más de 30 ya han sido solventadas entre un número mayor a las 150 por parte del Instituto de Vivienda de  Tabasco. Eso, por supuesto que es parte de ese acuerdo, lo que no se vale es, el querer “confundir” con situaciones  que, a todas luces carecen de argumentación y peso jurídico como los casos de los ex policías Alejandro de la Cruz Hernández y Raúl Gerónimo Amaya de ninguna  manera son acosados por la SSP. Más bien, el hecho de que saben que no es posible su reinstalación por contar  con antecedentes que son causales de recisión de  contrato a como se lee en los procedimientos de responsabilidad administrativa SSP/UAJ/DR/072/2012 y 0011/CHJ/2013 respectivamente, es lo que realmente “les mueve” a esa insana pretensión. Eso, por supuesto que lo sabe a ciencia cierta la abogada que les asesora. . . Por otra parte, la Comisión Estatal de Derechos Humanos acusa a la SSP de no haber actuado con prontitud en el lamentable caso del niño Bryan. Dos aristas se desprenden de ello. En primer lugar, las cámaras de vigilancia que si funcionan y cumplen con su cometido, observan  y guardan lo acontecido en esos momentos. Las escenas observadas no son elemento de juicio para satanizar la labor policial dado que, personas que por allí transitaban, como mejores testigos físicos, no imaginan la realidad de las cosas, por lo que, las acusaciones carecen de fundamento. Aquí, como segundo punto surge una interrogante a la CEDH ¿Qué tan cierto es que por cada recomendación emitida, algunos organismos internacionales aportan recursos económicos para su seguimiento? Porque una cosa es aplicar el rigor a todo acto de injusticia y/o incumplimiento y otra muy distinta el querer engrosar cifras a fin de allegarse reflectores y recursos. . . .