Mejor Actriz Secundaria ha dado un vuelto de emoción en los últimos doce meses. Si el año pasado Patricia Arquette dominó la carrera de emoción de principio a fin, en esta edición la categoría se ha desarrollado de manera muy diferente. Las estrellas de la función han sido, casi más que las propias interpretaciones de las candidatas, las campañas de promoción que han diseñado los estudios detrás de ‘Carol’ y ‘La chica danesa’. Con el drama de Todd Haynes la siempre polémica The Weinstein Company volvía a proponer que, como en ‘Brokeback Mountain’, en las parejas homosexuales hubiese un miembro que es protagonista y otro que es secundario de su propia historia de amor. Ironías de la vida. Igualmente cuestionada fue la decisión de Focus Features: un año después de promocionar a Felicity Jones como protagonista de ‘La teoría del todo’, la empresa cambió de estrategia y vendió como secundaria a Alicia Vikander por un personaje de idéntico peso y recorrido en ‘La chica danesa’.