Opinión. Villahermosa IX
La regeneración cultural urbana A la memoria de Gaba Gutiérrez, Bertha Ferrer, Villahermosa Martín y Norma Cárdenas Miguel Ángel Valdivia de Dios Estimados paisanos Por años he cultivado múltiples amistades en el sector cultural, me consta su desprendido amor a nuestra tierra y su apasionada dedicación al arte y la cultura, a la promoción de […]
4 de octubre de 2022

La regeneración cultural urbana

A la memoria de Gaba Gutiérrez, Bertha Ferrer, Villahermosa Martín y Norma Cárdenas

Miguel Ángel Valdivia de Dios

Estimados paisanos
Por años he cultivado múltiples amistades en el sector cultural, me consta su desprendido amor a nuestra tierra y su apasionada dedicación al arte y la cultura, a la promoción de nuevos valores, talentos y expresiones artísticas; este es un sector que humaniza la vida pública, le da rostro a la sociedad tabasqueña y proyecta espléndidamente -a pesar de sus enormes carencias- a todas las latitudes la imagen de Tabasco.

Ahora que les he estado escribiendo sobre la regeneración urbana de Villahermosa, consideré conveniente hacer visible el enorme potencial que encierran los exponentes de la cultura para repensar la ciudad y le den nueva vida, sobre todo ahora que estamos en la etapa de recuperación después de la pandemia del COVID 19 que destruyó muchos de nuestros lazos sociales.

Si algún sector fue un factor de conexión entre nosotros en esta crisis sanitaria, fue la comunidad cultural, que a través de sus liderazgos, organizaciones, grupos de creadores y las plataformas digitales, mostró una enorme capacidad de reinvención y adaptación a esa nueva realidad y contribuyó con una gran determinación a levantar el ánimo de nuestra gente y evitar que se nos cayera más la ciudad.

En esta nueva era “POSTCOVID” para muchas ciudades europeas, asiáticas, norteamericanas, latinoamericanas y en nuestro país, ha sido la cultura uno de sus principales recursos para reactivar a sus sociedades y economías, movimiento que debemos aprovechar para hacer de nuestra ciudad un laboratorio cultural que nos de nueva vida, proyectar a nuestros creadores locales a otros mercados, abrir novedosos focos de atracción de visitantes y propiciar oportunidades creativas a nuevos talentos.

Este es el momento idóneo para elevar la apuesta y dar un gran salto de una visión convencional a una que se pueda convertir en un poderoso imán para nuestra regeneración cultural urbana, con todos los riesgos que esto supone, potencializando nuestro patrimonio cultural y el pasado prehispánico de las culturas Olmeca-Maya; la fuente inspiradora de Carlos Pellicer, José Gorostiza y José Carlos Becerra; los recursos naturales y paisajísticos; atrayendo talentos jóvenes y conocimientos de todas las latitudes; y buscando nuevos equilibrios entre este legado y las nuevas expresiones de la cultura contemporánea para crear espacios de clase mundial.

Es ahora cuando hay que consolidar nuestra identidad, el sentido de pertenencia y la cohesión social, que configuran la fuerza para escapar de años de decadencia y recuperar el estilo de vida del que gozábamos en los años 80´s y 90´s, revitalizando el alma de la ciudad a través del poder de la cultura como recurso estratégico para la regeneración e innovación urbana, para ponerse a la vanguardia, redescubrir lo moderno y apostar por las nuevas tecnologías en este sector.

Tenemos que lograr que nuestra ciudad vuelva a vibrar y la cultura debe de ser su epicentro con una oferta potente y diversificada, que atraiga un turismo que aterrice en museos renovados y galerías con grandes exposiciones, en recintos feriales con eventos espectaculares y llenar los teatros y auditorios al aire libre con producciones de alta gama que fascinen con la modernidad, para que la cultura llegue a representar la industria que puede ser y generar cientos o miles de empleos.

La cultura nos puede llevar a darle nueva vida a la ciudad si esta asume el liderazgo en un proceso que impulse la “clusterización” del Centro Histórico y su zona Luz, del Corredor donde se ubican el Centro de Estudio e Investigación de las Bellas Artes (CEIBA), la Casa de Artes Andrés Gorostiza, la Biblioteca José María Pino Suárez, el Teatro Esperanza Iris, el Museo Regional de Antropología Carlos Pellicer Cámara y el Centro de Investigaciones de las Culturas Olmeca-Maya (CICOM) con el disfrute de su frente del todavía poderoso Río Grijalva, el del Corredor del Museo de Historia, el Museo de la Venta, el Parque Tomás Garrido Canabal y el MUSEVI con su bella Laguna de las Ilusiones y el del Corredor de Tabasco 2000 con el Planetario, edificios públicos, plazas comerciales y gastronómicas y el Parque La Choca; así como de barrios tradicionales donde los vecinos colaboran para embellecer su entorno, calles y fachadas, contribuyen a la reconstrucción de nuestro tejido social y generan un espíritu de comunidad.

Hay mucho por hacer en esta nueva era, pero nada de esto podrá ser posible, si no contamos con un andamiaje institucional público y privado que tenga las capacidades para gestionar un plan de regeneración cultural urbana de largo aliento con una Agenda ambiciosa y modernos esquemas de financiamiento, en el que se establezcan nuevos compromisos con la sociedad tabasqueña y la comunidad cultural, ofrezca renovados incentivos para la participación de la iniciativa privada y las organizaciones de la sociedad civil y construya fuertes lazos de cooperación con agentes culturales nacionales e internacionales.

La cultura tiene un enorme potencial para lograr una nueva dinámica social, solo tenemos que darle su lugar para aprovechar el poder regenerador de que es capaz, concibiéndola como una herramienta fundamental para la transformación de nuestra ciudad y creyendo en que es posible que esta pueda convertirse en un poderoso motor económico.

“Si coincidimos en una visión de ciudad que nos guíe, el futuro puede ser brillante”.

Villahermosa, Tabasco a 4 de octubre de 2022.

Compartir: