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L Monte Saint-MichelHace como varias décadas visitamos el Monte Saint-Michel, un islote de granito en el centro de una inmensa bahía bañada por las mayores mareas de Europa, en la baja Normandía, islote sobre el que se construyó una abadía dedicada al arcángel San Miguel, que fue uno de los centros de peregrinaje más visitados […]
6 de junio de 2023

L Monte Saint-Michel
Hace como varias décadas visitamos el Monte Saint-Michel, un islote de granito en el centro de una inmensa bahía bañada por las mayores mareas de Europa, en la baja Normandía, islote sobre el que se construyó una abadía dedicada al arcángel San Miguel, que fue uno de los centros de peregrinaje más visitados en la Europa Medieval, y por su arquitectura y su emplazamiento se ha convertido en la atracción más visitada de Francia, después de la torre Eiffel y el castillo de Versalles. con 3.5 millones de visitantes al año y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.,

La roca, sobre la que con el tiempo se asentó un pequeño poblado a los lados del camino que en espiral sube a la cima en la que se ubica la abadía, está sembrada de restaurantes, museos, pequeños hoteles, edificios clasificados como monumentos históricos y tiendas de suvenires que alegran el paso de los visitantes.

La sola vista de la roca con el pequeño poblado en sus laderas y la Abadía en la cima, es impresionante; el mar se retira a gran velocidad varios kilómetros, pero regresa con la misma velocidad y la diferencia entre la marea baja y la alta llega a alcanzar unos 16 metros. La expresión francesa que lo define es «qu’elle revient à la vitesse d’un cheval au galop» (vuelve a la velocidad de un caballo al galope)

Originalmente fue un santuario de las tribus celtas en sus cultos druídicos, y según el abad Guilles Denc el santuario se dedicó a Beleno, el dios galo del sol, (Mons vel tumba Beleni), que quiere decir Monte o Tumba de Beleno.

Con la llegada del cristianismo se estableció una capilla en honor a San Esteban, el primer mártir y cuenta leyenda que el arcángel Miguel se apareció en el 709 ante el obispo de Avranches, San Oberto, pidiendo que se construyera una iglesia sobre la roca, pedido que en dos ocasiones no fue atendido, por lo que el arcángel le hizo una quemadura en el cráneo con su dedo. En la catedral de Avranches se conserva el cráneo de San Oberto con esta quemadura.

Fue hasta el siglo X, en el 900, que se comenzó a construir la actual abadía benedictina dedicada al Arcángel San Miguel, que pronto se convirtió en uno de los principales centros de peregrinaje de Europa.

En 1791, tras la Revolución Francesa, los monjes fueron expulsados y la abadía se convirtió en prisión hasta que esta fue cerrada en 1863., y en 1966, al celebrar el milenio de su construcción, fue nuevamente ocupada por la orden benedictina, hasta el 2001 en que fueron remplazados por la comunidad Fraternidades Monásticas de Jerusalén que actualmente la ocupa.

Mont Saint Michel es un regalo a la vista y al espíritu. Su espléndida naturaleza y extraordinario emplazamiento hacen que valga la pena visitar este centro de peregrinaje de la Europa medieval y de atracción turística en la actualidad

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