AMLO, el mejor mandatario del mundo

Ferdusi Bastar Mérito
Fue hasta el 6 de noviembre de 1911, 90 años después de nuestra independencia, cuando el tabasqueño José María Pino Suárez asumió la Vicepresidente de la República, para ser asesinado un año tres meses después, el 19 de febrero de 1913. Sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres ilustres, junto con los de Carlos Rovirosa y Carlos Pellicer.

Y tuvieron que pasar 107 años más, para que ahora si tuviéramos el primer Presidente de la República, el tepetiteco Andrés Manuel López Obrador, que está haciendo historia transformando al país, como el mejor Presidente en casi una centuria.

Pero son muchas las satisfacciones que nos da el “peje”, quien ya había sido señalado como el segundo mejor alcalde del mundo, cuando fungió como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, tras lo cual sufrió un desafuero, criminal intento de procesarlo, y dos fraudes electorales para finalmente llegar a la Presidencia de la República legitimado con una aplastante votación reconocida muy superior al cincuenta por ciento.

Y ya como Jefe de Estado, había sido reconocido como el segundo mandatario mejor aceptado en el mundo, pero ahora Morning Consult lo sube de lugar y lo señala como el Presidente mejor evaluado del mundo, por encima de las principales potencias .

El Presidente Biden de Estados Unidos tiene una aceptación del 57% contra un rechazo del 37%, en tanto que el mandatario de Canadá registra una aceptación del 47% contra un rechazo del 45%, y Brasil registra un 39% contra un rechazo del 53%.

Y hablando de aceptación y rechazo, , Italia 57% contra 37%, Inglaterra empatando 47 contra 47%, Francia 34 contra 58% de rechazo, Alemania con doña Ángela Merkel aceptada con un 52% y rechazada en un 41%, La India con un excelente 63% contra un 31%, Corea con 34/60%, Australia con 52/40%, España que tanto vocifera contra México registra solo un 33% de aceptación contra un aplastante 59% de rechazo de su población y Japón con un 29/59%.

Pero son tiempos de cangrejos. Han salido de Paraíso y proliferan. Y vivimos el triste y mezquino espectáculo de conservadores que envenenados por el odio, tienen la nobleza de perdonar todo: que los roben, que los despojen, endeuden hasta sus tataranietos, que conviertan el territorio en un inmenso campo de fosas clandestinas, pero lo que no pueden perdonar es el éxito ajeno. Lamentable condición humana de mentes colonizadas que no aceptan la grandeza de su país.