Opinión
Digamos no a la violencia política Miguel Angel Valdivia de Dios Estimados paisanos Tenemos ante sí enormes retos. Estamos en tiempos particularmente complejos, con una partidocracia en problemas que enfrenta el hartazgo social y en el contexto de las elecciones locales más diversas y plurales de los últimos tiempos. Siempre he sostenido que los tabasqueños […]
29 de marzo de 2021

Digamos no a la violencia política

Miguel Angel Valdivia de Dios

Estimados paisanos

Tenemos ante sí enormes retos.

Estamos en tiempos particularmente complejos, con una partidocracia en problemas que enfrenta el hartazgo social y en el contexto de las elecciones locales más diversas y plurales de los últimos tiempos.

Siempre he sostenido que los tabasqueños tenemos una tarea pendiente: “la construcción de una verdadera comunidad democrática”, ya que sin esta no habrá modernidad y el progreso no incluirá a todos.

Lo que quiero decir con esto, es que primero tenemos que ser un estado democrático, si queremos ser una sociedad moderna, próspera y equitativa.

De ahí que hoy nuestra tarea es encauzar de un modo pacífico y civilizado el proceso electoral en el que estamos y asegurar la fortaleza de nuestras instituciones democráticas por medio de una gran participación ciudadana, para garantizar su eficacia, mantener el orden social y la estabilidad de nuestra todavía inmadura democracia.

Se trata también de que respetemos el voto que emitan nuestros conciudadanos el próximo 6 de junio, porque sin este respeto, las instituciones democráticas que tanto esfuerzo nos han costado estarán en riesgo de ser violentadas si se desbordan las pasiones de los participantes.

Buena parte de esta tarea tiene que ver con la contención de la violencia política, cualquiera puede ver sin dificultad lo que pasado en el país en pasados procesos electorales con la violencia que generan los delincuentes organizados que desafían al Estado y las ambiciones de grupos políticos que quieren influir en la vida pública, que solo ha traído crímenes y costos muy altos a la sociedad mexicana.

Nosotros no compartimos ni justificamos ningún acto de violencia en la política, pero aún más, no estamos de acuerdo con la cobardía que en la acción política escuda su violencia en la buena fe de los ciudadanos, utilizándolos como carne de cañón.

Tampoco el que toleremos y festinemos como se construye en las plataformas digitales las redes de odio, descalificaciones, ofensas, calumnias, difamaciones y amenazas, que a través de la violencia verbal nos pueden llevar a potenciales agresiones y tentativas de homicidios.

Quizá no lo percibamos del todo, pero poco a poco se van amplificando las voces que incitan a la violencia, que nos pone en riesgo a todos, no solo a los votantes y candidatos, sino a nuestras familias, a la comunidad en general y puede alcanzar a las autoridades electorales y a los periodistas.

Por eso desde estas modestas líneas, invito a todos los partidos políticos, a los candidatos a los cargos de elección popular y a sus seguidores, que dejen atrás la discordia, rencores, resentimientos, los viejos agravios y las posiciones ideológicas fundamentalistas, que solo nos pueden llevar a la confrontación y a crear un ambiente propicio para la violencia política, como sucede en Guerrero, Veracruz y Morelos.

Lo electoral es un tema al que le hemos dedicado muchísimo tiempo e invertido demasiadas emociones, expectativas y esperanzas, por lo que espero que en este proceso electoral seamos capaces de participar no solo con ideas y propuestas, sino con una buena dosis de tolerancia y sensatez, para abonarle a la gobernabilidad democrática y a la paz social del estado.

Nosotros insistimos, la democracia es muy compleja y esta no se agotará el 6 de junio, se tiene que complementar con nuevos acuerdos ante las nueva realidades políticas, económicas y sociales que arrojen los resultados electorales, en el marco de un diálogo incluyente en el que participemos con humildad, para dar paso a una agenda de políticas públicas de largo aliento.

Corresponde ahora a los que nos dedicamos a la política estemos o no en las boletas electorales, autoridades gubernamentales y a todos los ciudadanos, contribuir a contener la violencia política, ser un puente al diálogo político y a sembrar confianza, porque el cambio político en tabasco no puede darse sobre la base de la confrontación, la ausencia del diálogo y la desconfianza.

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