Opinión
Un pensamiento en tiempos de cambios Miguel Ángel Valdivia de Dios Estimados paisanos Creo qué hay un exceso de confianza y una idea equivocada de que el desarrollo de Tabasco vendrá por sí solo, yo les digo que si no nos preparamos poco o nada vamos a lograr en una nueva gran oportunidad. Esta reflexión […]
18 de febrero de 2021

Un pensamiento en tiempos de cambios

Miguel Ángel Valdivia de Dios

Estimados paisanos
Creo qué hay un exceso de confianza y una idea equivocada de que el desarrollo de Tabasco vendrá por sí solo, yo les digo que si no nos preparamos poco o nada vamos a lograr en una nueva gran oportunidad.

Esta reflexión responde a la pregunta que me he estado haciendo de si ¿estamos preparados para los cambios que se avecinan, que seguramente convulsionarán a las instituciones del Estado, a la vida pública, a la actividad económica y prefigura un nuevo período de bonanza en Tabasco?

No, no lo estamos, pero tenemos ante si una oportunidad extraordinaria de cambiar, de poner sobre la mesa nuevas alternativas para resolver de fondo los gravísimos problemas que venimos arrastrando desde hace muchos años, que parecen ser irresolubles ante la incapacidad de nuestro sistema político.

Prepararnos si, para un cambio del cual debemos de estar conscientes que no será de la noche a la mañana, que requerirá de un gran esfuerzo de todos, de un profundo cambio de actitudes, que deberá de sacudir conciencias para despertar a nuestro estado del letargo en que se encuentra, de una voluntad política férrea que rompa inercias nocivas y capaz de tirar el status quo de intereses mezquinos que prevalece.

Es cierto, todos los países y regiones del nuestro tenemos problemas, pero siendo realistas unos están mas desarrollados que otros, porque se decidieron a cambiar y tirar lo que no funciona.

Yo soy de los que creo, que nosotros también lo podemos lograr, solo tenemos que ver hacia fuera de nuestro estado para tener claridad de cómo funciona el mundo para entenderlo y mirar lejos para tener una visión del futuro.

Con los nuevos gobiernos que tenemos ante sí, habrá un proceso de cambio de régimen, pero si queremos transformarnos para bien, debemos de tener un sentido de dirección hacia un horizonte y los objetivos que pretendemos alcanzar.

Si logramos ponernos de acuerdo en nuestro destino, sabremos como responder a nuestros viejos problemas con reglas claras y sin poner en riesgo nuestra estabilidad política y social.

También hay que decirlo, resolver este nuevo paradigma transformador requiere de instituciones fuertes que hoy no tenemos. Como no las tuvimos después de las contingencias ambientales del 2007-2010, como ahora para encarar las crisis petrolera y de inseguridad, y para evitar la quiebra financiera de los gobiernos estatal y municipales.

El desafío ahora es construir con osadía nuevas instituciones que revolucionen el espectro gubernamental, para entrar en un proceso de transformación de la vida pública esperado por décadas, para imprimirle un mayor dinamismo al cambio generacional que los tabasqueños necesitamos.

Un desafío que solo puede ser encarado si nos atrevemos a reconocer que en buena medida los problemas que tenemos es porque nuestras instituciones se hicieron viejas, son insuficientes o hay ausencia para responder a las nuevas realidades.

Esta es la hora de la academia, los intelectuales, la sociedad civil, los empresarios, los partidos políticos y los poderes del Estado para estudiar, analizar, prospectar y debatir como imaginamos ese futuro y que reformas, instituciones, políticas públicas e iniciativas se requieren para lograr el tan esperado cambio.

Es ahora o nunca.

Postdata: Estos pensamientos son parte de mi documento “Iniciativas para tiempos de cambios” escrito a fines de 2018, ahora en el 2021 estamos en la postinundaciones y la pandemia del COVID:19, pero corresponde a ustedes evaluar con una elecciones en puerta de nuevos representantes al Congreso Federal, Estatal y Alcaldías si algunos de estos razonamientos siguen siendo vigentes.

Compartir: