2021 la fuerza de la esperanza

Miguel Ángel Valdivia de Dios.

Estimados paisanos:
2020 ha sido un año muy complejo que puso a prueba nuestras capacidades como gobierno y sociedad, pero al final el balance que se puede hacer nos arroja saldos muy favorables; pudo más el valor, la resistencia y la fe para soportar las pruebas a las que fuimos sometidos; y demostramos el enorme poder que tenemos como pueblo, cuando nos sostuvimos con una inquebrantable unidad en las horas decisivas que pasamos, lo que nos permitió sobrevivir y salir adelante.

A partir de ahora debemos de tener claro de las enormes responsabilidades que recaen sobre nosotros en los diversos ámbitos del gobierno, la política, los negocios, los medios de comunicación y en la sociedad donde ejerzamos alguna tarea de liderazgo, porque ahora nos corresponde ser sembradores de esperanza en un estado que ha quedado devastado y estar conscientes de que todo lo que suceda en adelante es un asunto nuestro.

Hoy muchas áreas de nuestra economía han quedado patas arriba y comenzaremos el 2021 cargando todavía las crisis del 2020, pero siempre los cambios de año son alentadores, nos traen “un nuevo día” en el que solo depende de nosotros para que brille con intensidad y su luz ilumine a todos, para reparar el desorden que nos están dejando estas desgracias.

Ahora tenemos que evitar que este año que viene sea una segunda versión del 2020 que apunta será igualmente de impredecible por la prolongación de la pandemia, la muy difícil recuperación económica y la contienda política que se avecina que ha generado muchas expectativas.

Iniciaremos el 2021 con la buena noticia de que ya tendremos la vacuna para frenar el COVID:19 que nos permitirá ir recobrando poco a poco nuestra cotidianidad, los motores de nuestra economía se reactivarán y con ella los cientos de negocios que cerraron o la están pasando difícil y se empezarán a recuperar los empleos que perdimos, por una parte, y por otra, la puesta en marcha de el Plan Integral Contra Inundaciones y los programas de reconstrucción de la infraestructura y de las zonas siniestradas, traerán consigo no solo alivio sino inversiones y apoyos que también impactarán sensiblemente en la economía.

Espero que aunque todavía naveguemos en tiempos turbulentos mejoremos nuestras posibilidades de cumplir con las metas que nos fijemos si nos proponemos a volar alto en el 2021, porque mientras mas lo intentemos y nos esforcemos, más probabilidades habrá de que logremos alcanzarlas.

Será el comienzo de un nuevo ciclo y en buena medida será como iniciar una vida nueva, solo hay que tener el valor para caminar en senderos sinuosos e inciertos como producto de los cambios políticos que estamos viviendo, lo profundo de los daños que nos dejaron los fenómenos climatológicos o las expectativas que siempre siembran los procesos electorales.

Aunque el futuro hoy nos parezca más sombrío que hace un año si conservamos la fe en nosotros, si estamos dispuestos a seguir caminando concentrados en darle forma al futuro y si no perdemos la esperanza, no desfalleceremos y nos volveremos a levantar.

La vida es un asunto de elecciones, ahora estamos ante la esperanza o el vivir atemorizados, entre dejar que el pesimismo nos acabe de derrumbar o que la esperanza sea la fuerza que nos impulse para tener el coraje de ocuparnos en comenzar de nuevo.

Este año que está por terminar se lleva también en buena medida muchas cosas que le daban sentido a nuestras vidas y nos está dejando facturas muy altas que nos llevará mucho tiempo pagar, pero yo veo un futuro muy esperanzador, todo es cuestión de tener la voluntad de ponernos de pie y empezar a caminar en este 2021.

Como reza un dicho “la esperanza es lo último que se pierde”.