Opinión
A falta de seguridad y justicia, “Vengadores ciudadanos”. “El hombre es el lobo del hombre” T. Hobbes Sandra Guzmán La situación del país en torno al tema de la seguridad empeora con el paso de los días, es por ello que en México ha nacido un nuevo grupo de ciudadanos denominados “vengadores”, “justicieros anónimos”, etc. […]
22 de noviembre de 2016

A falta de seguridad y justicia, “Vengadores ciudadanos”.

“El hombre es el lobo del hombre” T. Hobbes

Sandra Guzmán
La situación del país en torno al tema de la seguridad empeora con el paso de los días, es por ello que en México ha nacido un nuevo grupo de ciudadanos denominados “vengadores”, “justicieros anónimos”, etc. Éstos son un grupo de civiles que toman la justicia por su propia mano ya que la seguridad del país se le ha ido de las manos a las autoridades federales y estatales.

Recordemos el 2 de noviembre de este año, cuando un autobús que salió por la madrugada de San Mateo Atenco rumbo a la Ciudad de México, sufrió un asalto a la altura de San Pedro Tultepec, en él cuatro sujetos con armas de fuego se subieron y exigieron a los pasajeros del mismo que les entregaran sus pertenencias y cosas de más valor, a causa de esto uno de los pasajeros los acribilló a balazos sin que si quiera alguno de los asaltantes reaccionara.

Conforme la unidad continuó su camino a la ciudad, el asesino descendió del transporte colectivo y emprendió la huida. Ninguno de los testigos en el suceso aportó información a las autoridades estatales sobre a dónde fue el fugitivo. Todos aseguraban no recordar el rostro si quiera y fue la manera en que agradecieron el haber sido salvados.

Otro ejemplo de ello se dio meses antes, cuando el 4 de mayo, en Cárdenas, pobladores tabasqueños intentaron matar al asaltante de un carnicero. Tan sólo hasta ese mes, Tabasco había registrado 49 linchamientos, cuadruplicando las cifras del 2015.

De acuerdo con algunos expertos, el surgimiento de ciudadanos “vengadores” se da en situaciones donde hay una profunda desconfianza de la sociedad en los mecanismos de justicia. De acuerdo con la profesora de la Universidad Iberoamericana Anne W. Johnson, “Todo esto funciona como un mecanismo de acceso a la justicia en la ausencia de otras opciones, en muchos casos no se trata tanto de vengar una ofensa, sino intentar impartir justicia frente a un crimen, muchas veces los testigos no lo denuncian porque sienten que por lo menos alguien hizo algo”.

A pesar de que dentro del artículo 17 de la Constitución, se prohíbe ejercer la justicia de mano propia, los expertos calculan que sólo dos por ciento de todos los delitos son realmente castigados y este grado de impunidad es lo que ha disparado los índices de autodefensa en todo México.

Ahora, ¿Deben ser castigados estos ciudadanos quienes hacen justicia con mano propia?

A mi punto de vista, primero hay que tener claro que ya no vivimos en el tiempo de las cavernas donde cada uno debía pelear y hacer justicia de mano propia, esto ya es el

2015 y sí, nos da impotencia cuando suceden cosas como asaltos, asesinatos, etc. Y pareciera que lo mejor es defendernos nosotros solos, pero nosotros nos encontramos sujetos a normas que se disparan de una Ley Suprema que nos gobierna desde ya hace muchos años y a la que debemos respetar desde el primer minuto de vida.

Nosotros elegimos vivir en un Estado de Derecho en el que existe un sistema de penas y castigos para aquellos que se apartan de lo justo, un Estado de Derecho en el que los buenos están de un lado y los malos del otro y en el que, en el medio, hay autoridades respetables, quienes están lo suficientemente capacitadas para determinar si es que corresponde estar de un lado o del otro y por cuánto tiempo.

Podemos pensar que es injusto cuando esa misma autoridad nos falla y deja en libertad a quienes agravan y pareciera que no mueven un solo dedo por mejorar la situación del país pero, no como sociedad y mas que nada como individuos, no podemos dejar que un impulso diabólico me lleve a atacar al otro cuando éste me atacó primero o atacó a uno de mis seres queridos, claro.

El ser humano no es perfecto y la ley, lo sabe, por ello previó lo que conocemos como Legítima defensa. Dentro del artículo 34 inciso sexto del Código Penal, establece que no será punible aquel que obrare en defensa propia o de sus derechos (o incluso en defensa de la persona o derechos de otro). Pero ojo, el propio compendio de normas establece tres condiciones indispensables que un juez penal, dentro de un debido proceso, analizará si concurren para que efectivamente quien cometió un ilícito no sea pasible de pena.

La agresión que recibió debió ser ilegítima; el medio que utilizó para repelerla o impedirla debió ser racional, esto es, por ejemplo, si el delincuente estaba desarmado no podría pegarle tres tiros en la cabeza, si escapaba no puedo matarlo por la espalda o si fuese suficiente para inmovilizarlo un tiro en la rodilla no tengo porque apuntarle al corazón. Y además, que no haya habido una provocación por parte del que se defiende.

¿Suena un poro complicado, injusto y estúpido? Algo, pero es la ley que establecieron aquellos a quienes repito “NOSOTROS MISMO ESCOGIMOS”, por lo tanto eso es nuestra justicia en este país.

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