Opinión
Las Villahermosa Ferdusi Bastar MéritoEl nombre de nuestra ciudad viene de España. Allá existen tres Villahermosa: la aragonesa, la valenciana y la manchega, y en Colombia un municipio lleva también este nombre. Independientemente de lo anterior, en Madrid existe el espléndido Palacio de Villahermosa, antigua residencia de los Duques de Villahermosa, en el Paseo del […]
15 de agosto de 2023

Las Villahermosa

Ferdusi Bastar Mérito
El nombre de nuestra ciudad viene de España. Allá existen tres Villahermosa: la aragonesa, la valenciana y la manchega, y en Colombia un municipio lleva también este nombre.

Independientemente de lo anterior, en Madrid existe el espléndido Palacio de Villahermosa, antigua residencia de los Duques de Villahermosa, en el Paseo del Prado, palacio que actualmente alberga el Museo Thyssen Bornemisza.

Pero a más de este gran palacio en Madrid, existen al menos otros 10 Palacios de Villahermosa en Pedrola, en Fréscano, en Zaragoza, en Huesca, en Mozota, en Los Fayos, en Torres de Berrellén, en Gordún y en la famosa Isla Barataria de el Quijote en Alcalá del Ebro.

La más pequeña y antigua de las Villahermosa ibéricas es Villahermosa del Campo, en aragonés Villalbiella, en la provincia de Teruel, a 80 kilómetros de Zaragoza, que por la emigración ha venido a menos y apenas cuenta con 94 habitantes. Su origen es antiguo y en 1373 ya fue llamada Villafermosa y finalmente a partir de 1495 Villahermosa.

La segunda ciudad homónima es Villahermosa del Rio, en la provincia de Castellón, en valenciano Villafermosa, en la confluencia de los ríos Carbo y Mayor y a 130 kilómetros de Valencia.

Su origen es musulman y pertenecía al señorío de Zaid Abu Zaid, último gobernador almohade. En 1234 fue incorporada a la Corona Aragonesa que la declaró sede del Ducado de Villahermosa.

Llegamos a la Villahermosa manchega, de los Campos de Montiel y las andanzas del Don Quijote. Originalmente aldea Pozuelo, en 1444, el Infante Enrique de Aragón, Maestre de la Orden de Santiago, le dio carta de “pueblo”, asignándole su actual nombre de Villahermosa y otorgándole un escudo de tres veneras en triángulo.

Recuerdo que estuve unos días muy gratos en esta Villahermosa, pequeña ciudad muy limpia, y recorriendo sus calles me admiraba de mansiones con portones señoriales fina y artísticamente labrados. Gente amable y amistosa.

Después de hospedarme fui a la placita del pueblo y al adentrarme en el palacio municipal alguien me gritó desde una oficina en el fondo: -Que busca?, y le contesté – Al alcalde, a lo que me respondió: – Soy yo, pase. Y me atendió don Isidro Villamayor Fernández, hombre cordial, atento y amistoso, que se convirtió en mi guía durante mi corta estancia.

Don Isidro tuvo la gentileza de atendernos a mi esposa y a mi. Nos mostró su ciudad, la bella iglesia de Nuestra Señora de la Asunción con su espléndida torre de 45 metros, los alrededores del municipio, sus capillas aledañas, el Santuario de Nuestra Señora de la Carrasca, de donde salen procesiones al centro del pueblo, los Campos de Montiel, que recorría el caballero andante, la legendaria Cueva de Montesinos a que se refiere Cervantes, las lagunas de Ruidera, el Cortijo de Fuentebrada, donde algunos sitúan las “Bodas de Camacho” del Quijote.

Don Isidro nos ofreció con su esposa una cena en su casa. Le encantó la idea de hermanar nuestras ciudades, sobre lo que no he podido interesar a ninguno de nuestros alcaldes.. Nos platicó que la economía del municipio radica en el trigo, el olivo, la vid y el ganado ovino., y que la población de la ciudad alcanzó su máximo en 1950 cuando llegaron a 6,500 reduciéndose en la actualidad a algo más de 2,000.

Y nuestra Villahermosa, que nació en 1598 cuando Felipe II le concedió su nombre original, VILLAHERMOSA, y un escudo que se quemó y tiempo después alguien inventó otro escudo infamante con la espada en la mano izquierda, que en heráldica significa ilegitimidad, escudo mostrenco que indebidamente lucen como escudo de Tabasco.

Y de 1598 hasta el arribo a nuestra independencia, y así aparece en todos los planos del Archivo de la Nación, nuestra capital conservó este nombre, hasta el 27 de octubre de 1826 en que el Congreso del Estado decretó que: “A partir del 4 de noviembre de 1826 la ciudad de Villahermosa cambia su nombre para llamarse San Juan Bautista”

Y durante 90 años tuvimos ese nombre clerical, hasta febrero de 1916 en que el Gobernador Francisco J. Múgica decretó restituirle a nuestra ciudad su nombre original de Villahermosa. Y al calce ilustro los escudos de las Villahermosa españolas, omitiendo el escudo mostrenco, que debiera desecharse por indigno e innecesario ya que nuestro sistema no es un reinado ni una dinastía.

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