Opinión
Los códigos en el tiempo(Segunda parte) Ferdusi Bastar MéritoEn el escenario anterior, en Tolosa, (Toulouse, en francés, Tolosa en occitano) a finales del siglo V, 475, surge el “ Codex Euricianus”, Código de Eurico, que reconoce y reafirma las costumbres de la nación visigoda, y estable reglas para el reparto de tierras y los asentamientos […]
26 de julio de 2023

Los códigos en el tiempo
(Segunda parte)

Ferdusi Bastar Mérito
En el escenario anterior, en Tolosa, (Toulouse, en francés, Tolosa en occitano) a finales del siglo V, 475, surge el “ Codex Euricianus”, Código de Eurico, que reconoce y reafirma las costumbres de la nación visigoda, y estable reglas para el reparto de tierras y los asentamientos humanos.

Viene después el “Liber Iudiciorum” establecido por los visigodos en Toledo en el 654, y traducido por Fernando III en 1241 como “Fuero Juzgo”

El Liber Iudiciorum como el propio Fuero Juzgo provienen de fuentes antiguas de más de 500 leyes, incluso anteriores a Roma, pero además en la traducción del Fuero Juzgo intervinieron las llamadas “influencias canónicas”, de los obispos, que afinaron detalles.

El Fuero Juzgo, en su origen una norma común a todos los ciudadanos, “a los hombres y a las mujeres, a los grandes y a los pequeños, de una u otra raza” Lo formaban 12 tomos, autorizaba el divorcio, imponía deberes cívicos, diferentes formas de contratos y procedimientos de juicio. Sin duda, es una verdadera joya del pasado jurídico Español. Estuvo vigente hasta fines del siglo XIX, cuando se promulgó el Código Civil en España, pero sigue vigente, como derecho supletorio, en las provincias vascas, Navarra y Aragón.

Terminamos estos comentarios, con el Código de los Códigos , el Código Napoleónico, promulgado en Paris el 21 de marzo de 1804 como “Código Civil de los franceses” (Code civil des francais). Esta obra, el más grande monumento que inmortaliza la memoria de Napoleón, está aún vigente en Francia, y de él se derivan la gran mayoría de todos los códigos civiles vigentes en el mundo. El código, que fue encargado por Napoleón a un comité de notables, hay historiadores que afirman que el propio Napoleón

lo revisaba y dictaba parte de su contenido en el castillo de Malmaison, en las afueras de Paris.

Napoleón, uno de los genios más grandes que ha dado la humanidad, al final de sus días en Santa Elena, dijo: “Mi verdadera gloria no está en haber ganado 40 batallas. Waterloo eclipsará el recuerdo de tantas victorias. Lo que no será borrado, lo que vivirá eternamente, es mi Código Civil.”

Justiniano, en el siglo VI, compiló en El Digesto, más de un milenio de historia del derecho romano. Napoleón, en cuatro meses, produjo y promulgó el primer Código Civil del mundo, que habría de ser tomado como modelo por todas las naciones.

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