Fusilamiento de Iturbide y entierro de su imperio

Ferdusi Bastar Mérito
A diferencia de Sudamérica, que obtuvieron su independencia cuando ejércitos insurgentes derrotaron a la tropa virreinal, en México se declara la independencia mediante un cuartelazo del comandante encargado de combatir a los insurgentes.

Y Agustín de Iturbide fue un feroz exterminador de insurgentes, venciendo y apresando al mismo Morelos, y ya había expresado que era muy fácil declarar la independencia mediante un pacto entre insurgentes y las tropas del Rey, pero que primero había que exterminar a los revoltosos cabecillas.

En 1820 triunfa en España la revolución liberal encabezada por Rafael del Riego, que restablece la Constitución de Cádiz, que otorga ciudadanía a los nativos americanos, que no aceptaban los criollos que además temían por otras medidas radicales que estaban impulsando los diputados en Madrid, durante el trienio liberal de 1820 a 1823.

Iturbide, así como su esposa Ana María Huarte, eran criollos, hijos de españoles vascos que se resistían a aceptar la Constitución de Cádiz que habían impuesto al decrépito monarca hispano, y en estos marcos, Iturbide salió a tratar de exterminar la insurgencia que en el sur comandaba Vicente Guerrero.

Y tras sufrir un descalabro, envío emisarios tratando de pactar con Guerrero, quien finalmente envía un representante con el que Iturbide firma su Plan de Iguala, el 24 de febrero de 1821 , tras un supuesto abrazo de Acatempan que nunca se realizó.

Este Plan de Iguala, es la base de los Tratados de Córdoba, y del Acta de la supuesta Independencia del Imperio Mexicano, que por cierto no firma Vicente Guerrero, y en que se ofrece el trono al dictador español para sustraerlo a la obediencia a la Constitución de Cádiz, y si no acepta Fernando VII, cualquier miembro de su familia que nos conceda el alto honor de venir a gobernarnos, ya no como Rey, sino como Emperador.

Iturbide, como presidente de la regencia del “imperio”, convocó a un Congreso Constituyente y ante el hecho de que nadie aceptó venir de España a este país de “subditos revoltosos a los que hay que someter”, así nos decían, se autonombró “Emperador”, con la autorización bajo presión del Congreso.

Pero tanto en los insurgentes desplazados como en la mayoría de los diputados surgió la lucha por la república, la verdadera independencia, que finalmente obligaron a Iturbide a abdicar, antes del año de su asunción, y el 31 de enero de 1824 el Congreso expide el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, y el 4 de octubre de ese 1824 se promulga la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos.

Después de su abdicación, el 19 de marzo de 1823, Iturbide y su familia salieron exiliados a Europa. El Congreso, para evitar cualquier intento de restablecimiento del llamado imperio o intromisión de nobles o tropas españolas, el 23 de abril de 1823 emite un decreto declarando “ traidor y fuera de la ley á D. Agustín de Iturbide, siempre que bajo cualquier título se presente en cualquier punto de nuestro territorio. En este caso queda por el mismo hecho declarado enemigo público del Estado,” y manda su fusilamiento.

Iturbide comete el error de desembarcar en Soto la Marina el 14 de julio de 1824 engañando a la guarnición de que traían una propuesta de colonización al gobierno, pero que Iturbide no venía, que estaba en Londres, Sin embargo, adentrándose cabalgando con su comitiva, un oficial lo identifica, detiene, y lo lleva a Padilla donde sesionaba el congreso del recién creado Estado de Tamaulipas, y el gobernador Bernardo Gutiérrez de Lara, quienes ordenan que se cumpla lo mandado por el Congreso nacional e Iturbide es fusilado el 19 de julio de ese 1824.

Su viuda Ana María Huarte se exilió en Estados Unidos con sus hijos, viviendo de una pensión de 8,000 pesos decretada por el Congreso y que se le pagó hasta 1847. Al convento de Hermanas de la Visitación de Filadelfia donó muchos efectos personales, entre ellos su traje de coronación entretejido con hilos de oro y plata.

Tanto con la muerte de Iturbide, como con la de Maximiliano, se enterraron intentos imperiales y de intromisión extranjera, dando vigencia a la república en que vivimos.-