Opinión
Dragado y limpieza, no bardas Ferdusi Bastar Mérito Una madrugada, paseando por nuestro otrora romántico malecón, nuestro inmenso romancero Chemita Gurría Urgell, escribía en una servilleta: “Sobre todo Villahermosa/y su bello malecón/muro y lira del Grijalva,/tienden las brisas del alba/una promesa de sol,/yo me la llevo en el alma/y se me vuelve canción”. Malecón robado […]
17 de enero de 2022

Dragado y limpieza, no bardas

Ferdusi Bastar Mérito
Una madrugada, paseando por nuestro otrora romántico malecón, nuestro inmenso romancero Chemita Gurría Urgell, escribía en una servilleta: “Sobre todo Villahermosa/y su bello malecón/muro y lira del Grijalva,/tienden las brisas del alba/una promesa de sol,/yo me la llevo en el alma/y se me vuelve canción”. Malecón robado a la ciudad por el que ya no se puede caminar: en penumbras, sucio, pestilente, inseguro y con un espantoso muro que le oculta nuestro rio.

Todas las grandes ciudades lucen sus ríos y canales, como su principal atractivo. Los cruceros fluviales y paseos por el rio, son los principales atractivos de Paris, Londres, Moscú, Nueva York, Montreal, Estocolmo , El Cairo, Amsterdam; y las principales civilizaciones que se desarrollaron a orillas de ríos que les dieron vida, timbre de orgullo y sustento a su desarrollo.

Solamente en Villahermosa, hacemos lo contrario. Únicamente por el enorme “talento” de la antepasada administración se construyeron unos horribles e inútiles adefesios en el malecón de Villahermosa, robándole su río a la ciudad. Adefesios que, abandonados, únicamente sirven como refugios y dormitorios de malvivientes y como baños públicos.

Pero para no quedarse atrás, la Conagua (federal), construyó una bardas de la ignominia, para cerrar totalmente el círculo, y que desde ningún punto pudiéramos ver nuestro Grijalva, convertido por nuestras autoridades en cloaca en que desaguan todos los caños de la ciudad, y desde ambas márgenes. El único “beneficio” es que nuestros visitantes no puedan ver los enormes chorros de pestilentes aguas negras contaminando nuestro río, que debiera ser el principal atractivo de nuestra capital.

Pero la pericia de los “ingenieros” de la Conagua, que quisiéramos saber en que universidad estudiaron, no para allí. Ya anteriormente habían construido a la derecha de la carretera al aeropuerto un gran bordo tapando todas las alcantarillas que abundaban y drenaban el agua Grijalva abajo, que al ser contenidas, fueron un factor que inundó Las Gaviotas y repercutió en el centro de la ciudad.

Y para completar su “obra” construyeron un viaducto elevado entrando en la loma de Dos Montes, por el que nunca pasará ninguna agua, ya que antes están los cauces de los Zapotes como tributarios derechos del Grijalva.

El rio Mosela, que hemos recorrido en espectaculares cruceros, nace en Francia, pasa cerca de Nancy, atraviesa Metz, y penetra en Alemania haciendo frontera con Luxemburgo, para finalmente desembocar como tributario izquierdo del Rin. Este rio está dragado para gran calado en un recorrido de 500 kilómetros, y por el transcurren gabarras de más de 3,000 toneladas , permitiendo que la industria lorenesa francesa tenga un acceso al mar del norte por conducto del Rin. Dragado que debiéramos hacer en nuestros ríos en vez de construir los absurdos muros de la ignominia, y este dragado afortunadamente ya lo inició el gobierno de la cuarta transformación.

Albert Einstein decía que únicamente existen dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Ojalá que nuestro actual gobernador, hombre culto y talentoso, enmiende pronto esta mala plana, y derribe estos oprobiosos lupanares, esa horrible barda, y rescate la limpidez de nuestro rio para disfrute de propios y extraños. Villahermosa lo merece, y las generaciones futuras se lo reconocerán. Dragado y no bardas.

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