Opinión
Nuestra Navidad. Feliz Navidad, navidad y mala memoria Ferdusi Bastar Mérito Rumbo Nuevo Así como en el ocaso la aves retornan a sus nidos, en diciembre, al terminar el año, volvemos nuestra mirada a nuestros lares y a nuestros afectos. La navidad es una bella época y una hermosa costumbre de occidente. La familia se […]
23 de diciembre de 2021

Nuestra Navidad. Feliz Navidad, navidad y mala memoria

Ferdusi Bastar Mérito
Rumbo Nuevo
Así como en el ocaso la aves retornan a sus nidos, en diciembre, al terminar el año, volvemos nuestra mirada a nuestros lares y a nuestros afectos.

La navidad es una bella época y una hermosa costumbre de occidente. La familia se reencuentra y se refuerza nuestra identidad, se conceden amnistías, y nos deseamos FELICIDADES.

Pero, que es la navidad?

Navidad es una contracción de la palabra natividad, con que se designa el nacimiento de Jesucristo, “El Salvador”, pero el verdadero día de la natividad, del nacimiento, es tan incierto como el año. En el siglo VI, el monje Dionisio, llamado El Exiguo, fijo el nacimiento de Cristo en el 754 de Roma, y esa fue la base sobre la que varios siglos después se estableció la cronología de la “era Cristiana”. Pero ciertamente es una base falsa, pues Herodes, que según los evangelios ordenó la degollación de “los inocentes”, murió 749 de Roma, y este si es un dato histórico. Por tanto, Jesucristo tuvo que haber nacido antes del 749 de Roma, y entonces estaríamos en el 20266

ó en el 2030?.

A través del tiempo se han propuesto otras fechas, por ejemplo el 6 de enero, observado hasta hoy por la Iglesia Armenia, y se ha hecho notar que el nacimiento no pudo haber sido en diciembre, mes de frio y lluvias en Judea, y por ello los pastores no tendrían sus rebaños a campo abierto, como refieren los Evangelios.

Pero la clerecía fijó esta fecha para montar la celebración sobre fiestas de la mayoría de los pueblos cultos de la antigüedad, que alrededor del 25 de diciembre celebraban el solsticio de invierno, el día en que el sol parece detenerse en su descenso, y comienza a elevarse de nuevo en el firmamento, se alargan los días y renace la esperanza de la primavera.

Los persas y los egipcios, los fenicios y los griegos, los romanos y los mexicanos, los peruanos y los indúes y otros pueblos, celebraban en el solsticio de invierno el nacimiento del sol, el parto de la “reina de los cielos”, la “virgen celestial”, y el nacimiento de su hijo, el dios solar.

Dionisos o Baco, a quien los griegos llamaban “El Salvador”, nació de una virgen un 25 de diciembre, lo mismo que Hércules y en esa fecha se celebraba el nacimiento de Adonis. Los autores cristianos afirman que las ceremonias paganas tenían lugar en cavernas, como la de Belén, en que nació Jesucristo.

Los antiguos egipcios fijaban la preñez de Isis, la “virgen reina de los cielos” en el mes de marzo, y el nacimiento de Horus a fines de diciembre. Los egipcios no solo adoraban a una madre virgen, sino que presentaban a sus fieles la efigie del recién nacido acostado en un pesebre. Osiris fue también hijo de una “virgen santa” y nació también un 25 de diciembre. En ese mismo día se registra también el nacimiento de Buda, que tampoco fue concebido sexualmente, a pesar de que su madre también era casada.

Los antiguos germanos encendían la hoguera de yule, y celebraban un banquete en el solsticio de invierno, posible antecedente de nuestra cena de navidad. De ellos proviene también la costumbre del árbol. Esta era así mismo la gran fiesta del año para los escandinavos. Frey, hijo de Odín , el dios padre de la mitología escandinava, y de Frigga, nació también un 25 de diciembre. Los Druidas celebraban también en el solsticio de invierno su fiesta anual del fuego, durante la cual prendían hogueras en las cimas de todas sus montañas.

En Roma, metrópoli a la que las legiones llevaban las más diversas religiones desde los territorios conquistados, se conmemoraba ese día el nacimiento de “el sol invicto” y también el de Mitra, el dios solar persa, cuyo culto se extendió en todo el imperio romano, precisamente en el nacimiento del cristianismo.

Los cristianos de Egipto consideraron el 6 de enero como el día de la natividad y esa costumbre se extendió por toda la iglesia del mediterráneo oriental. En el siglo IV la iglesia occidental adoptó el 25 de diciembre, fecha que gradualmente fue aceptada. Sin embargo, algunas iglesias orientales como la armenia siguen celebrando la natividad el 6 de enero.

De igual manera la mayor parte de las costumbres navideñas tienen un origen pagano. En Roma se celebraban las “saturnales”, previas al solsticio,

y los puritanos en Inglaterra intentaron abolir las fiestas de navidad por considerarlas un exceso pagano.

Los mexicas celebraban grandes fiestas previas al nacimiento de Huitzilopochtli, precisamente en el solsticio de invierno. Hay que recordar que la palabra México proviene de Mexitl, la otra cara de Huitzilopochtli, el dios tutelar de nuestros pueblos originarios. Y en 1587 el monge agustino Diego de Soria solicitó autorización al Papa para celebrar un novenario de misas previas a la navidad, que llamó de aguinaldo, para montarlas en esta festividades indígenas, y así nacieron nuestras posadas.

Y “navidad” designa no solo una fecha sino también la época decembrina y por ello creo propicio decirles “FELIZ NAVIDAD”. Que sean muy felices hoy y siempre. Buena salud y mala memoria, son los deseos de sus amigos:

Marta Mier y Terán Morett y Ferdusi Bastar Mérito

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