Feliz Navidad

Ferdusi Bastar Mérito
Rumbo Nuevo

Así como en el ocaso las aves vuelven a sus nidos, en diciembre, al terminar el año, hacemos un alto en el camino para regresar la mirada a nuestros lares, a nuestros seres queridos, estrechar nuestros afectos y cultivar esa flor de divina arquitectura que es la amistad. La amistad: planta que crece en comunión de afectos, que cualquier trato innoble la deshoja y muere al soplo de la ingratitud. La amistad, descrita por Aristóteles como un alma para dos cuerpos.

Es tiempo de reflexión: Que hemos hecho de nuestras vidas, cuales han sido nuestras metas y cuales nuestros logros, renovar nuestros propósitos, vislumbrar el futuro, y construirlo.

Es tiempo de desearnos “FELICIDADES”. Pero, que es la felicidad?, en que consiste este bien, y como alcanzarlo?

La felicidad es un estado emocional interno. Nadie nos la da. Nosotros la construimos.

SER FELIZ, ES TENER BUENA SALUD Y MALA MEMORIA. Mala memoria, para olvidar las ofensas y los malos momentos, más no sus enseñanzas. Es no buscar en el pasado como podemos dañar a nuestros “supuestos” enemigos. Nadie tiene enemigos. Nosotros los construimos en nuestra mente y el odio solo daña al que lo profesa.

La felicidad va de la mano de la paz, y para ser feliz, primero tenemos que estar en paz con nosotros mismos, para poder irradiar esa paz hacia nuestros semejantes. Ser feliz, es ser joven, y la juventud no es una época

de la vida, sino un estado del alma. Hay jóvenes centenarios y viejos quinceañeros. Ser feliz, es mirar hacia adelante, y somos jóvenes en la medida en que vemos hacia adelante y conservamos nuestra capacidad de soñar; y por el contrario, envejecemos y empezamos a morir en la medida en que vemos hacia atrás.

Ser feliz, es sentir que nuestra vida no pasa inútilmente.

Ser feliz, es alimentar una ilusión.

Ser feliz, es tener un trabajo.

Ser feliz, es marcarnos un reto, y enfrentarlo.

Ser feliz, es vislumbrar el futuro, y construirlo.

Ser feliz, es tener un proyecto de vida, y compartirlo con amor.

Porque la felicidad es amor, y solo es feliz aquel que ama intensamente.

Y como decía el gran filósofo alemán Leibnitz, amar, es encontrar en la felicidad de otro, la propia felicidad.

Y en estos días de reencuentros, va mi abrazo, fuerte y caluroso, a mis amables lectores. Que haya unión y felicidad en sus hogares, y que el año próximo nos traiga cosas mejores. Buena salud y mala memoria.