Opinión
Eso de la geopolítica Ferdusi Bastar Mérito La política supuestamente creada para unir, también divide pueblos, y dificulta la vida de animales y ataca los ecosistemas. Y de ello abundan los ejemplos en todo el mundo. En México tenemos dos dramáticos ejemplos, uno en la frontera norte, con el primer gran zarpazo, la primera división […]
14 de diciembre de 2021

Eso de la geopolítica

Ferdusi Bastar Mérito
La política supuestamente creada para unir, también divide pueblos, y dificulta la vida de animales y ataca los ecosistemas. Y de ello abundan los ejemplos en todo el mundo.

En México tenemos dos dramáticos ejemplos, uno en la frontera norte, con el primer gran zarpazo, la primera división fronteriza consecuencia del Tratado Adams-Onis de 1818, entre Estados Unidos y la Corona Española, ratificado por los Senados de México y Estados Unidos en 1828 y 1832, respectivamente; el segundo gran zarpazo que terminó con el trágico y despojante Tratado Guadalupe-Hidalgo, negociado y firmado en la Villa de Guadalupe, por eso su nombre, con la bendición de la Virgen Morena, en que perdimos más de la mitad de nuestro territorio, y finalmente con el Tratado de la Mesilla, en que nuevamente perdimos un territorio mayor al del Estado de Chiapas.

Y con estas divisiones, una y otra vez hubo pueblos que quedaron aislados, divididos, y perdieron identidad y con los infamantes y absurdos muros se ha acelerado la extinción de muchas especies y dificultado la vida de animales que ya no pueden acceder a sus fuentes naturales de agua o de comida.

Y esta tragedia se vive en muchas partes del mundo. En Europa, son significativos el ancestral pueblo vasco dividido entre España y Francia, y el Tyrol, dividido entre Austria e Italia. El vasco francés, perdiendo identidad y el español reducido y atacado, a pesar de su enorme aporte a la economía, y estigmatizado por una dinastía precisamente vasca. Los tyroleses del lado italiano, luchan por conservar sus costumbres e idioma, en decrecimiento.

Pero volviendo a México, el segundo ejemplo, en nuestra cambiante frontera sur, tenemos la tragedia de seis pueblos divididos que incluso han llegado a tener que cambiar en algunos casos sus vestimentas típicas, obligados por las guardias fronterizas, y hablamos de los chujes, mames, lacandones, mochos, jacaltecos , y tojolobales, que una parte viven en Chiapas y otra parte quedaron en territorio guatemalteco, y poco a poco van perdiendo su identidad. Y punto y aparte son los mayas divididos entre Quintana Roo y el Belice que Porfirio Díaz regaló a título gratuito a Inglaterra en 1892.

El tránsito fronterizo debiera ser más franco y abierto, ya que todos somos ciudadanos del mundo, con derecho a la identidad y respeto a nuestras culturas, y sobre todo, respeto a las minorías tan estigmatizadas y perseguidas.

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