Washington, EEUU
Agencias
El culebrón de cinco años con los impuestos de Donald Trump está empezando a acercarse a su final.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido por una amplia mayoría de 7 votos a favor y solo 2 en contra que el presidente de Estados Unidos no está por encima de la ley y, por tanto, debe entregar su IRPF a la Fiscalía de Nueva York, que le investiga por presunto fraude fiscal durante su época de promotor inmobiliario.
La consecuencia práctica de la decisión en materia política, sin embargo, podría ser nula. Con la decisión del Supremo, la Fiscalía de Nueva York tiene que acusar formalmente a Trump, y es poco probable que eso suceda antes de las elecciones de noviembre.
En este sentido, la estrategia obstruccionista de Trump ha funcionado perfectamente. Además, la Casa Blanca ha cesado hace dos semanas al fiscal del Distrito Sur de Manhattan para sustituirlo por una persona de probada fidelidad a Trump.