Ningún familiar me representa
*Él puede opinar, dijo el presidente ante los dichos de su hermano José Ramiro, pero no son los modos para abonar a la unidad. *Lamentable, el papel de «lambiscones» que rodean a presidenciables. El presidente Andrés Manuel López Obrador descalificó las recientes intervenciones públicas de su hermano José Ramiro respecto a la adelantada sucesión presidencial […]
15 de noviembre de 2022

*Él puede opinar, dijo el presidente ante los dichos de su hermano José Ramiro, pero no son los modos para abonar a la unidad.
*Lamentable, el papel de «lambiscones» que rodean a presidenciables.

El presidente Andrés Manuel López Obrador descalificó las recientes intervenciones públicas de su hermano José Ramiro respecto a la adelantada sucesión presidencial con un contundente «no me representa»; y al mismo tiempo, fustigó a los «ganagracias» de los aspirantes a sucederle.
La amonestación del mandatario a su consanguíneo que apoya la aspiración de Javier May Rodríguez a la elección de gobernador en 2024, apareció en la mañanera de este lunes, a pregunta expresa, luego que el Ejecutivo anunció que el secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández lo representará en la transición de gobierno de Oaxaca que se llevará a cabo el 1 de diciembre.
«Me invitaron a lo de Oaxaca, pero no puedo. Aun cuando es la mañana, ya no quiero participar», dijo, tras reiterar que el 1 de diciembre ajusta cuatro años como presidente de la República y que, por lo mismo, presentará un informe—diagnóstico del país a las 17 horas de ese día en el zócalo.
«Va a estar (en Oaxaca), como lo hace siempre, el secretario de Gobernación, Adán Augusto (López Hernández).
Cerró el apunte con elogios al gobernador saliente de Oaxaca, Alejandro Murat —»ha hecho un buen trabajo», precisó—, y también al entrante Salomón Jara:
«Está muy comprometido con la gente de Oaxaca. Él es zapoteco, él no puede fallar. Y le tengo confianza porque viene de abajo y de la lucha, no se va a marear, porque hay quienes se suben a un ladrillo y se marean», expresó, lacónico.
Luego entonces, personal del área de comunicación de la presidencia cedió el micrófono a otro reportero, quien contextualizó su pregunta:
—Señor presidente, el 17 de octubre, en el Museo de la Ciudad de México, la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, afirmaron que eran hermanos y no se pelearían entre ellos en este proceso.
No obstante, como usted lo ha comentado, diversos personajes afines a las ‘corcholatas’ han encabezado un golpeteo contra alguno de ellos, entre los que destaca su hermano José Ramiro. La pregunta sería, presidente, si haría usted un llamado a la unidad entre todas las huestes morenistas e incluso a invitar a los tres o cinco ‘corcholatas’ a Palacio Nacional para calmar las aguas, señor presidente.
—Bueno, es breve: yo quiero mucho a mi hermano como quiero mucho a millones de hermanos y de hermanas que tengo. Porque decía don Julio Scherer, que yo ya no me pertenecía, entonces yo tengo millones de hermanas y hermanos que quiero mucho, mucho, mucho, y ellos lo saben.
Me da hasta pena, porque ayer llegué de Palenque y todavía tuve que salir por la ventana. Ya estaba yo a punto de dormirme y llegó Jesús, mi hijo, y me dijo: ‘Ay, papá, está con mañanitas, no seas así —me gustó mucho su actitud—, ve’. Entonces, me tuve que vestir de nuevo y salí, pero como a las nueve de la noche, nueve, nueve y media. Entonces, tengo muchos hermanos, hermanas, que son lo más importante, es lo que me sostiene, es lo que me da fuerza.
En el caso de mi hermano, pues él puede opinar, pero no me representa, ningún familiar me representa. Y no son los modos, hay que buscar que haya armonía.
Y también una recomendación respetuosa, porque siempre hay lambiscones, zalameros, que rodean a los personajes importantes. Entonces, puede ser que los personajes importantes o los que están compitiendo, actúen con respeto y se traten bien y todo, pero los achichincles se dedican a estar afectando a los adversarios, de ganagracia, pues. Ese es un papel lamentable, el de barbero».
Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo

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