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Miseria y opulencia
Miles de familias que, a pesar de la austeridad y la inseguridad, festejaron el Día del Padre Luis Enrique Martínez Rumbo Nuevo Un mole en el número 110 de la Calle 5 de Febrero, colonia de El Águila, juntó a algunos herederos del desaparecido notario público y periodista Jesús Ezequiel De Dios. No hubo meme […]
16 de junio de 2019

Miles de familias que, a pesar de la austeridad y la inseguridad, festejaron el Día del Padre

Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
Un mole en el número 110 de la Calle 5 de Febrero, colonia de El Águila, juntó a algunos herederos del desaparecido notario público y periodista Jesús Ezequiel De Dios. No hubo meme para difundir la comida como sí lo hicieron cientos, miles de familias que, a pesar de la austeridad económica y la inseguridad pública, festejaron el crematístico Día del Padre.
Hubo quienes pensando en el mañana —lunes, inicio de la semana laboral—, anticiparon el festejo. Fue el caso del equipo de la Sección 48 del Sindicato Petrolero que no obstante perder 2—4 ante Rayos FC2, en el duelo sabatino de la Liga de Futbol Regional de Mayores de 55 años y más, celebraron a lo grande en la Palapa de Acachapa y Colmena.
Al otro lado de Villahermosa, en Tamulté de Las Barrancas, por ejemplo, la familia Hidalgo festejó al popular Lica (Plutarco Hidalgo), también a lo grande. Este acontecimiento tuvo algo en común con los otros referidos primeramente: además de la convivencia, el coro a capela de la cancion del cantautor Piero: «Viejo, mi querido viejo…»
Esa misma melodía, también se escuchó en el Estadio Olímpico de la Ciudad Deportiva. El viernes 14, un grupo de corredoras matinales en la pista de tartan, llevaron pastel para celebrar a sus pares varones. Dos días después, hicieron lo mismo, las madres de familia este domingo durante la jornada infantil de la Liga de Futbol «Francisco Rosas Ángel». La convivencia general sustituyó gritos y porras de apoyo a los pequeños por el fraseo de «es un buen tipo mi viejo…»
El festejo comercial por el Día del Padre, también abordó El Submarino. Con la bonhomía que lo caracteriza, Pepe Cabrera —para variar no reconocido como uno de los promotores de la lectura a través del oficio de vender libros—, hizo gala de su habitual magia y elocuencia para recordar aquella Villahermosa que tan sólo celebraba «el cumpleaños del abuelo, padre, madre, hijo y de familiares cercanos o las fiestas patrias, las posadas, navidad y fin de año. Ahora, no es así. Todo se celebra por anticipado porque todo es negocio…»
Rogelio Urrusti, el conspicuo maestro de Ceiba y reconocido artista plástica que mantiene su exposición de toros «6de6» en el vestíbulo del hotel Calinda Viva, fue uno de los invitados especiales a la moliza en la colonia El Águila (aunque nació en esa colonia, el alcalde Evaristo Hernández Cruz la vino a identificar así hasta 2006, en su primera de tres campañas electorales por la presidencia municipal de Centro; dos ganadas y una perdida). Desde luego, más tarde se incorporaría a lo que él llama su «oficina de trabajo».
Y la ciudad se movía. No al tráfico acostumbrado en los días hábiles pero el tránsito del servicio de transporte público de pasajeros urbano, sobre todo de taxis, rompió con la tranquilidad dominical de la capital de Tabasco. La muestra: aglomeraciones en los templos religiosos, en los centros deportivos, en los puntos de convivencia gastronómica y en las casas de familia.
La mexicana alegría a galope, en cada una de los encuentros familiares, hizo olvidar, temporalmente, la crisis económica, la inflación, la migración de centroamericanos, el desempleo, el hambre y la desigualdad social que polariza al país ante la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de compartir la riqueza de México con los que menos tienen; los desamparados de la infame economía neoliberal, por fortuna ya extinguida oficialmente aunque…
En opinión de los contertulios de El Águila, de Los Hidalgos, de Urrusti y hasta de Pepe Cabrera, la canción «Mi Viejo» es ya un patrimonio de la fonoteca latinoamericana —¿Por qué no decir universal?—, puesto que a juicio de sus escuchas y nostálgicos, la letra resume a cabalidad el tránsito del hombre por la vida al procrear familia: «Ahora ya camina lento…»
A las cuatro de la tarde, la fiesta continuaba o estaba a punto de convertirse en tarde futbolera por la transmisión televisiva de los juegos de las copas América y de Oro. Dos niveles con distancias abismales como la celebración del Día del Padre entre la opulencia y la miseria.

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