Heberto Taracena Ruiz
A la letra
de José Gorostiza
en Muerte sin fin,
padecemos hoy día
de chancros sociales:
rasquiña, comezón…
por causa de plantones
y bloqueos.
Avería de las lluvias
puede ser real
o imaginaria.
La primera, reparable,
a iniciativa
y colaboración
de afectados.
La imaginaria,
queja de no acabar
desde que el querellante
espera todo
que baje del gobierno.
Lluvias imprevisibles
pero con las cuales
hemos batallado
de generación
en generación;
y, por tanto,
la experiencia
es amiga tutora
que aconseja tomar
previsiones
de acuerdo con lugares
y épocas
de todos conocidos.
Nadie puede probar
que las lluvias engañan
y tampoco negar
que en el arrastre
de sus abonos
se alimentan los reinos
de la naturaleza.
Es verdad que las presas
han sido un repertorio
desafinado
para destinatarios
sierra abajo.
Pero lluvias y presas
al final, juntas,
obstaculizan menos
el tránsito
y actividad laboral
de las gentes;
menos, menos y menos,
que bloqueos
de carreteras:
¡desesperantes chancros
sociales!
¿Habráse visto, entonces,
a la propia razón
estrangulada
por quienes la reclaman?
Cunduacán, Tab., a 19 de octubre d 2020