Heberto Taracena Ruiz
El miedo cincela
resquicios
por donde los aires
pueden respirar
la comedia
del “Enfermo Imaginario”.
El manto invisible
del miedo,
tal largo y tendido
como la pandemia,
pretende cubrirnos
iguales, a todos
y a uno por uno.
En su pretensión.
No hay gajo del globo
donde no se cuelgue,
flotando sus pliegues
con la sensación
de estarnos tocando
por ver si le abrimos.
Sentirlo, es normal
por la “levadura”
regular o buena
-mala no ha de ser-
de que somos hechos.
Si hasta pareciera
estarnos tomando
la medida exacta
del baul mortuorio.
Normal no sería
que hiciéramos nada
por irlo esquivando
razonablemente.
No es menor el miedo
puesto que recubre
el grande universo
del Coronavirus
.
Y no va a extinguirse
con baladronadas
de valemadristas
y otras tarugadas;
sino reduciendo
la movilidad.
¿Qué más? Es pregunta
a cuya respuesta
se abre el papel
que hemos de jugar
en serio, brindando
aprecio a uno mismo
y hacia los demás…
Cunduacán, Tab., a 12 de mayo de 2020