HEBERTO TARACENA RUIZ
A MIS HIJOS: HEBERTO, MARILOLI, ADRIEL, FABIÁN Y GREGORIO TARACENA BLE.
Ser tierra de la tierra
en que se nace o vive,
es desdoblar el pliego
que celebra la crianza.
Mantener la misiva
al corriente,
para irla enmendando,
a placer,
plana por plana.
Sentirse parte
de la habitación,
vecino de las calles,
sin allanar a nadie.
Estar porque se quiere
estar
en la tierra habitante.
Nada a la fuerza
de frustraciones
por no advertir salidas,
o de plano ignorarlas
entre arrebatos bajos.
Lo humano siempre
será un enigma,
por resolverse
sobre la marcha.
Escoger, decidir
y confirmar
el paso de los días,
sin respingos,
es cultivar
el crecimiento
a la clara medida
de aspiraciones propias.
El orgullo no basta
si a cuenta de esfumarse
desajusta apariencias.
Hay que sentir la tierra
que a diario caminamos,
para que el rumbo apunte
la brújula hacia el puerto.
Ser tierra de la tierra…
Liberar filamentos
y alimentarlos
con la delicadeza
que ameritan
fibras y remembranzas.
Cunduacán, Tab., a 8 de diciembre de 2021.