Heberto Taracena Ruiz
Haz depender la soledad
de ti.
Pluma, lápiz, papel,
seas tú.
¿Entendidos?
Exponla a tu servicio
sin gesticulaciones
forzadas;
consciente
de tu parte
y de su parte:
tú de cabeza
serena, definido.
Ella de cuerpo entero.
No tienes que afiliarte
a conflictos
circulares.
Dentro de ti,
a tu alrededor,
haz contacto con ella
para entender
que a todo mal
caben fórmulas
remediables.
A tanto estar al tanto
de su presencia:
ella, que te conoce,
hará que la conozcas
sin rodeos.
No quieras esfumarla
pues a lo conocido
pone toda experiencia
opciones a escoger.
La decisión irá,
por supuesto,
en destino
de no enclaustrarte;
recordando
que el peor de los retiros
puedes ser tú.
Haz depender de ti
la soledad.
Verás de qué se hace
y ella a su vez
palpará tu estructura
y contenido.
Que está, sí
y estará;
pero tú eres
quien en el surtidor
de circunstancias
puedes tomar aquello
que más abrace
tu estado de ánimo.
Cunduacán, Tab., a 1 de mayo de 2020