Minipoemario Lunar: REGULAR I
Heberto Taracena Ruiz Que el cannabis se regule, supone dar voces al orden. Pero la sociedad no es un laboratorio que pueda encapsular la mariguana -macho o hembra- para usos curativos. La sociedad consume sin averiguaciones y adiós mundo… ¿Qué grado de conciencia motivarán las normas aprobadas? Sin prejuzgar: innumerables legisladores no saben una “o” […]
23 de noviembre de 2020

Heberto Taracena Ruiz

Que el cannabis se regule,
supone dar voces al orden.
Pero la sociedad
no es un laboratorio
que pueda encapsular
la mariguana
-macho o hembra-
para usos
curativos.
La sociedad consume
sin averiguaciones
y adiós mundo…

¿Qué grado de conciencia
motivarán las normas
aprobadas?

Sin prejuzgar:
innumerables
legisladores
no saben una “o”
por lo redondo
del problema.

Que lo andado
del tingo al tango
es más riesgoso
que aquello regulado,
cuestión es
de sentido común.
De modo que conviene
a la sociedad
poner en línea
ciertas mesuras
que tiendan
a no perder de vista
la ocurrencia del hecho
en adicción.

De donde se deduce
que reglamentar
el consumo
de la mariguana,
podría atender
a desajustes
en que se pierden hilos
del ovillo.

Ver un rostro abstraído
dentro de una conducta
indescifrable,
pone en riesgo su vida
e incluso
la de seres de origen.

Entender
que quien recibe
la marca
podría no soltarla
nunca jamás,
no es para respingar
a la ligera
ante el apremio
de aprobación de normas;
si, pero…

Cunduacán, Tab., a 21 de noviembre de 2020

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