Heberto Taracena Ruiz

Expresiones vienen a menos
por no usarse o mal usarse.
Cosa de entrever
antes que saber.

Crítica acalorada
es insondable abismo
que rueda
como roca frontal
al sinsentido.

En cambio aquello
que se retroalimenta
en la objetividad,
-sin aspirar a gozos
eternales-,
reviste consistencia
de uso en uso
y se propaga
a una o más capas
generacionales.

Para desatascar
normales dudas,
hagamos hincapié
en escenario actual:
montado a la vera
de contrapuntos
extremados.

PISO PAREJO ha sido
expresión coloquial
gastada bajo suelas
de quienes pretenden
ser
sus amos y señores,
de uno y otro lado.

Criticar,
¡qué blando y placentero!;
a condición de que
el receptor impávido
absorba pétreo.
Pues si éste alza la voz,
sobremanera el crítico
caería en delirio;
alegando en defensa
libertad, libertad,
aire, aire,
pulmones, pulmones,
como si se ahogara
en su propio vaho.
Y que su contraparte,
permanezca
de hinojos,
en mudez conventual.

¿Ello es piso parejo?
Si, ¿acaso,
para todos aquellos
cuyas suelas hoy día
desgastan la expresión
por curarse en salud?

Cunduacán, Tab., a 18 de septiembre de 2020