Heberto Taracenal Ruiz

A ver si entendimos:
se trató,
-del 28 de febrero
a la fecha-,
de graduar la muerte;
para que hubiese tiempo
de reconvertir
hospitales
y las instituciones
no fuesen rebasadas.

Mañanas y noches,
la información
reveló pormenores
del rumbo de la peste.

Hubo personas
pendientes del proceso
que, por momentos,
pareciera
desesperante.
Otros abandonaron
el tema
arguyendo
que el informante
daba la impresión
de ir y venir.

Los primeros
y segundos,
acatando
de buen grado
la no movilidad
desde casa.
De los demás,
-emisarios de la muerte-,
ni una palabra.

Cupo el interrogante
de: ¿qué hubiese pasado
si el asunto
se dejara en un solo paquete?

Transcurridos meses
bien es reconocer
que el número de muertos
en comparación
con España e Italia,
es a la fecha menos
de la mitad;
vista su población
y las medidas formas
de afrontar cada fase.

Ahora, a la vuelta,
nos veremos
en otra
movilidad.

Lógico:
si empresas
y viandantes
observamos
recomendaciones,
a cuenta que el problema
aún sigue por verse.

Cunduacán, Tab., a 16 de junio de 2020