Heberto Taracena Ruiz

LOS SERES VIVOS
SOMOS UN PROCESO
A MUCHA HONRA INACABADO.

LA IMPERFECCIÓN
NOS LLEVA,
AFORTUNADAMENTE,
A ENCRUCIJADAS
DE LA CORRECCIÓN.

CAER EN EL ERROR
NO DEBE SER PRETEXTO
PARA LA REINCIDENCIA.

DENTRO DE LO ENMENDABLE
E IRREPARABLE,
OCUPA MÁS ESPACIO
LO PRIMERO
QUE LO SEGUNDO.
ELLO NO IMPLICA
APLAZAR LAS VELADAS
QUE MERECEN
NUESTRAS VICISITUDES.
TAMPOCO EL ESCONDER
CABEZA Y CUERPO
DIZQUE EN RAZÓN DE SER
HUMANOS.

EN PUNTUAL ADVERTENCIA
LA VOLUNTAD NOS PONE
SOBRE AVISO
DE LATIDO EN LATIDO.

QUIEN NO CAIGA NO VIVE
LA OCASIÓN
DE LEVANTARSE;
SIEMPRE Y CUANDO
CUADRICULE UN MOSAICO,
COMPROMETIDO,
DE SUS HABILIDADES
Y DEBILIDADES.

CADA FRACCIÓN
DE SEGUNDO
PUEDE SER NAVIDAD
RECONFORTANTE,
SI LA CONCIENCIA,
-QUE SIEMPRE ATISBA-,
SE TOMA POR TIMÓN
DE VASTA ALTURA,
A DOS MANOS
E INFLADO CORAZÓN.

LOS SENTIMIENTOS
SON POLOS EXTENDIDOS
QUE APUNTAN
A TANTAS DIRECCIONES
COMO NOS PROPONGAMOS
DIRIGIRLOS.

ESA ES LA NAVIDAD:
PERMANENTE COMPENDIO
DE RENUEVOS
DEFINIDOS
POR EMOCIONES
QUE BIEN ENTENDIDAS
Y APLICADAS,
NOS HAGAN VER LA VIDA
Y OÍRLA Y SABOREARLA
SIN EMPALAGOS
DE RUTINA,
NI ATRASADAS DISCULPAS.

CUNDUACÁN, TAB., A 20 DE DICIEMBRE DE 2020.