Heberto Taracena Ruiz

Entre escribir
LO QUE NOS PASA
y trazar LO QUE PASA,
es más socorrido
lo primero
que lo segundo.
La distancia es total.
Aquello
va con el interior
de pretendientes,
no escogidos.
Esto otro puede
meterse en honduras,
herir susceptibilidades.
Decidir es papel
de quien trasiega.

Lo que nos pasa
tiene de suyo
lo que del universo
extraiga y quiera
quien arregle
en lo tocante a ideas
y palabras.
Lo que pasa,
mora en el universo
de sueltas inquietudes.

Unas líneas proyectan
la extensión
que quiera darles
quien las dibuja.
Otras,
cortas o largas,
reman a la secuencia
de la finalidad.

Allá el lector
de la prosa poética,
de los versos
o del poema en sí.

Para saltar a la palestra
hay qué ajustarse
el paracaídas
de lo imprevisto.

Que de repente vengan
ideas a seducirnos,
es una cosa;
que se concreten
y conecten
a potenciales ojos,
estará por contarse
a corto plazo…

Decir LO QUE NOS PASA
y hablar DE LO QUE PASA,
sin embargo,
son mundos tan afines
como diferentes.
Tiempo da la palabra
a la última palabra…

Cunduacán, Tab.,a 17 de septiembre de 2020