Minipoemario lunar: Llega, pero…
Heberto Taracena Ruiz La muerte se anda lenta, incesante. Es vela diaria más allá de pestes. Llega a uno por uno o en colectivo: de ciclo en ciclo. Cuando se anuncia predispone, llega. Cuando no avisa, llega. No hay el mejor momento, sólo pide el ser vivo: llega. Estamos hechos mitad para la vida, mitad […]
27 de mayo de 2020

Heberto Taracena Ruiz

La muerte se anda lenta,
incesante.
Es vela diaria
más allá de pestes.

Llega a uno por uno
o en colectivo:
de ciclo en ciclo.

Cuando se anuncia
predispone,
llega.
Cuando no avisa,
llega.
No hay el mejor momento,
sólo pide el ser vivo:
llega.

Estamos hechos
mitad para la vida,
mitad para la muerte:
de igual rasero…

Empero, el organismo
viene diseñado
de innúmeras defensas
que éstas,
invisibles,
en tanto que tales,
procesan vida
de parte a parte,
a nuestro pro.

Oh misterioso
corazón en vela.
De los padres latinos
aprendiste
que sueño es retrato
de la muerte.
Y al reflejarte en ella,
conciertas
ajustar su abordaje
para anclarte
al segundo puntual
inevitable.

Tan natural
como para
no dejarse morir
antes de tiempo.

Vivir a plenitud,
con las reservas
emocionales
que salven
del desgano.

Llega la muerte,
lenta,
pero en el camino
el espacio será
según de qué
cada quién
lo aprovisone.

Cunduacán, Tab. a 3 de abril de 2020

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