Heberto Taracena Ruiz
Te pido Jesucristo milenario,
sigas asesorando mi existencia
y me permitas ser depositario
de paz al interior de tu presencia.
No pido más sino sentirte en mí,
en estos días cuaresmales, lentos,
con la fuerza que das y el frenesí
de acatar elevados mandamientos.
Cuando nací ya estabas, me dijeron,
luego te confirmé en mi corazón;
pronto he de irme tal otros se fueron,
mas vivirá la Cruz de tu pasión.
Jesucristo inmortal, cuando volviste
de la sangre empapada en el sudario,
a la plebe insolente redimiste…
Hoy quiero ser tu leal depositario.
Cunduacán, Tab., Cuaresma, 25/3/2021