Heberto Taracena Ruiz
No hay palabras ajenas
a la destemplanza
de acontecimientos
en que vida y milagros
se aparejan.
Ni personas
a salvo de mensajes
entre líneas y redes.
Mas que injertados
estamos insertados
hasta el tuétano
de lo que pueda
sernos encantador
o degradante.
El cambio, reiterado,
es la confirmación
de lo vivido
hasta solares de hoy.
Tarea remisa
que al acumularse
adquiere sobrepeso
y ahoga contenidos.
Ninguna campaña
política es igual,
-se tiene por oído
en aparente
resignación-,
tal vez por el desgaste
de estribillos
de la anterior, de éstas
y otras
que han sucedido.
Alguien ha de ganar
más no, por garantía,
el pueblo.
Ni si quitamos
el forzosamente
y decir
por lo menos.
Características
de campañas actuales
son de pronósticos
reservados,
por la influencia,
definitoria,
que habrán de tener
las redes sociales,
especialmente
en horas y minutos
del día de elecciones.
Redes que en su poder
al parecer
se mueven solas,
a manos de autorías
invisibles.
En ese pan agrio
estamos insertos
inevitablemente
y por las circunstancias
ajenas que, no obstante,
interfieren lo nuestro.
Cunduacán, Tab., a 27 de abril de 2021.