Minipoemario Lunar: ENTRE PANDEMIA…
Heberto Taracena Ruiz Sigue la movilidad avivando la pandemia. Ahora resulta que jóvenes encarnan más el contagio. Cuando al iniciar el año pasado hizo presencia, nadie pensó que sería tan larga como ha yacido. A las palabras de aviso sucedieron mortandades asfixiantes, solitarias, en donde ni la familia pudo custodiar el féretro. Del hospital o […]
5 de julio de 2021

Heberto Taracena Ruiz

Sigue la movilidad
avivando la pandemia.
Ahora resulta que jóvenes
encarnan más el contagio.
Cuando al iniciar el año
pasado hizo presencia,
nadie pensó que sería
tan larga como ha yacido.

A las palabras de aviso
sucedieron mortandades
asfixiantes, solitarias,
en donde ni la familia
pudo custodiar el féretro.

Del hospital o la casa
la muerte trazó sus lindes
por donde sólo rondaba
ella, en mutismo indecible.

Entre los vivos las caras
de turbación iban lejos
apechugando tristezas
de profunda inmensidad.

Relatar así el suceso
no ha menester de palabras
de altos vuelos, si el evento
pasó y pasa bajo tierra.

Cómo adaptarse al encierro,
-incógnita indescifrable-,
para prevenir el mal
de longitudes olímpicas.

Puesto que estoy escribiendo
y quien lee está viviente,
ya somos dos que contamos
asunto tan delirante.

Qué ha de seguir, la pregunta
adolece de respuesta
inmediata; deducciones
retardarán el silencio.

Entretanto, recordemos
a quienes levaron anclas,
no apartándonos del hecho
doliente mientras vivamos.

Cunduacán, Tab., a 28 de junio de 2021.

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