Minipoemario Lunar: EN CASA
Heberto Taracena Ruiz Quienes nacimos en casa a manos de una partera, somos menos reticentes al confinamiento. Entre clínica y hogar, el tiempo, el tiempo… El origen da otra dimensión a la libertad y luces vitales que guían y proyectan; el destino es vacilación que se incorpora al segundo final. Aquél nos provee, a buen […]
19 de junio de 2020

Heberto Taracena Ruiz

Quienes nacimos
en casa
a manos de una partera,
somos menos reticentes
al confinamiento.
Entre clínica y hogar,
el tiempo, el tiempo…

El origen da otra
dimensión
a la libertad
y luces vitales
que guían y proyectan;
el destino es vacilación
que se incorpora
al segundo final.
Aquél nos provee,
a buen porcentaje,
de inmunidad;
éste zigzaguea
tanteando pasos.

El organismo
es una muralla
que nos protege
tenazmente
de todo aquello
que merodea
para filtrarse
al menor resquicio.

Ello no obstante,
son las defensas
de cada cuerpo
laboratorio
en que se procesa
la sanidad;
dando posada
a las medicinas
o a los remedios
de la ocasión.

A ver quién gana:
si el organismo
con sus defensas,
o universales arremetidas
de la imprudencia.

Generalmente
la vida sigue
por más que azoten
pestes funestas
con su madeja
de selección.

Cuidarse, empero,
a toda hora,
es encogerse.
Tampoco el caso
de apresurarse
creyendo hallar
en el ambiente
la panacea
que llega tarde.

Cargan a cuenta
de cada cual,
las prevenciones
de convivencia.

Cunduacán, Tab., a 17 de junio de 2020

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